Los barrabravas se dispersaron estratégicamente por el inmenso anillo urbano que rodea al Maracaná. Siempre en grupo, parecían darse órdenes casi imperceptibles entre ellos. Un movimiento de cabeza, una mirada. Con el teléfono celular a mano, uno con aires de liderazgo marcaba el camino. Como no tenían entradas para todos, se resolvió que cada una de las barras que integran Hinchadas Unidas Argentinas (HUA) decidiera qué hacer por su cuenta. Salvo algún caso aislado, la gran mayoría optó por quedarse en las inmediaciones del estadio y revender a buen precio alguno de los pocos tickets que habían obtenido.
Con las ganancias de la reventa, intentarán alargar su estadía y volverán al acecho de los dirigentes de la AFA para ingresar a alguno de los próximos dos partidos de la selección, el sábado, en Belo Horizonte (con Irán), y el 25, en Porto Alegre (Nigeria). Por otra parte, hubo personas (no eran barras) que, según se vio en imágenes subidas a Internet, entraron por la fuerza, algunos con camisetas de Boca y de River. Diez de ellos fueron detenidos y luego, liberados, y se les labró un acta contravencional.
"¿Para qué nos trajeron si no nos van a dejar pasar?", increpó un puñado de barras a Daniel Angelici y a Rodolfo D'Onofrio. Los presidentes de Boca y de River evitaron la discusión y se perdieron por la puerta de acceso número dos del Maracaná. La agresión verbal salió de la boca de los referentes de las barras de San Telmo y de Los Andes. Pero la presión sobre los dirigentes ya se había hecho sentir un día antes del partido, cuando un grupo de barras se plantó en la puerta del Sheraton de São Conrado, donde se hospedaron el seleccionado y la cúpula de la AFA durante su paso por Río de Janeiro.
"¿Para qué nos trajeron si no nos van a dejar pasar?", increpó un puñado de barras a Daniel Angelici y a Rodolfo D'Onofrio.
Tras sortear el riguroso filtro de admisión de la policía brasileña, los barras de HUA les insistirán a sus interlocutores de la AFA por el reparto de las entradas. Una primera comitiva ya dejó los suburbios de Río de Janeiro para instalarse en los alrededores de Cidade do Galo, el búnker argentino en Belo Horizonte. Esta primera avanzada está liderada por los referentes de tres hinchadas del ascenso. El resto de la comitiva de HUA llegaría entre pasado mañana y el viernes.
Se esperaba la llegada de un puñado de barras de los equipos grandes el sábado pasado, pero finalmente no se concretó. Tal vez no viajaron porque sus referentes sospechan que sus nombres figurarían en la nómina de 2100 personas que cedió la Argentina a las fuerzas de seguridad brasileñas. "Ya me mandaron de vuelta de Sudáfrica y hace un tiempo no me dejaron entrar a Chile. ¿Para qué voy a viajar? Al pedo", se resignó un jerárquico de HUA que prefirió quedarse en Buenos Aires.
Sin embargo, las expectativas de los barras todavía siguen latentes. Algunos intentarán recién ingresar a Brasil a partir del tercer partido, dentro de nueve días, en Porto Alegre. ¿Por qué? Primero, por la cercanía geográfica. Pero también porque apostarían a quedarse hasta el resto del Mundial, siempre y cuando el seleccionado avance de instancia. Esta alternativa está siendo evaluada por un sector de la hinchada de Independiente, que viajaría de la mano del sindicalista Pablo Moyano, como lo hizo en el Mundial de Sudáfrica.
A diferencia de 2010, esta vez los barras están desperdigados y se mueven en tropas pequeñas para bajar el perfil. Paran al Sur, en las playas de Florianópolis, y en los suburbios de Río de Janeiro montaron su principal retiro urbano. Además, un numeroso grupo desistió de quedarse en Porto Alegre cuando se anoticiaron de que el jefe de la torcida de Inter, que sería su anfitrión, quedó involucrado en un confuso enfrentamiento a tiros con la policía.
La excursión al Maracaná tuvo un episodio de alta tensión que involucró a barras de Chacarita y de Vélez. Se pelearon a puño limpio en los alrededores del estadio en una zona donde se revendían entradas. La policía actuó velozmente y detuvo a tres personas identificadas con el Fortín. Ninguno de ellos figura en la nómina de 2100 barras que entregó el Ministerio de Seguridad de nuestro país. A los tres se les inició una causa judicial por "injuria racial" [insultaron a los policías y a hinchas brasileños] y el lunes por la noche fueron liberados.
Cuatro deportados en Uruguayana
La policía brasileña les impidió el domingo pasado el ingreso al país a cuatro barras argentinos que intentaron cruzar la frontera a través de Uruguayana. De esta manera, ya son nueve los hinchas deportados, según informó anoche el Ministerio de Justicia de Brasil. La identidad de los barras fue reservada, pero se constató que sus nombres figuran en la nómina de 2100 personas con antecedentes violentos vinculadas al fútbol que entregó el gobierno argentino a Brasil y a Interpol. Previamente, la policía ya había interceptado a cinco barras argentinos en Río de Janeiro, Foz de Iguazú y San Pablo. Los barras de la agrupación Hinchadas Unidas Argentinas evalúan recurrir nuevamente a la Justicia porque consideran "inconstitucional" la cesión de sus datos personales..