El presidente electo, Alberto Fernández, prometió bajar abruptamente las tasas de interés después del 10 de diciembre para impulsar la actividad económica. Y en las cámaras de bancos Adeba, ABA y Abappra esperan un llamado para conocer cuál es el plan para las Letras de Liquidez (Leliq), dado que los balances de las entidades podrían verse comprometidos y esto tendría impacto en el valor bursátil de las compañías.
Fuentes del sector financiero señalaron a este diario que aún no han tenido contacto con nadie del equipo de Fernández. E incluso no saben quién ocupará el cargo de presidente del Banco Central, puesto para el que suena el nombre del economista Miguel Ángel Pesce, ex vice de la entidad rectora durante el kirchnerismo y actual titular del banco de Tierra del Fuego.
Desde que se puso en marcha el plan de emisión de Leliq en agosto de 2018, los bancos han registrado ganancias multimillonarias debido al spread -que osciló entre 8 y 25 puntos- entre la tasa que cobran y la que pagan por depósitos a plazo a sus clientes. Pero el stock actual de Letras del Banco Central es grande y los banqueros no quieren perder dinero por una decisión del nuevo jefe de Estado.
Colchón hay. En 2016 los bancos ganaron 74.560 millones de pesos; en 2017 anotaron una rentabilidad de 40.017 millones de pesos; en 2018 las ganancias treparon hasta los 172.106 millones de pesos; y entre enero y agosto de 2019 (últimos datos disponibles) embolsaron 180.118, por lo que el año cerrará con ganancias superiores a los 200.000 millones. Así, en casi cuatro años del Gobierno de Macri, los bancos se hicieron de ganancias por 466.801 millones de pesos.
Los bancos y las empresas energéticas son las principales traccionadoras de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Por ello, tendrá mucho peso en el comportamiento de los indicadores bursátiles locales lo que vaya a ocurrir con las Leliq. "Está claro que se ha ganado dinero, pero no todos los años hemos podido superar a la inflación. Entendemos la situación del país, pero reina la incertidumbre porque ni siquiera hubo diálogo telefónico con las cámaras", dijo a este diario el presidente de una entidad privada.
Letras de Liquidez
Las Leliq son el instrumento de política monetaria actual. Las "imprime" el Banco Central y se las "vende" a las entidades financieras a cambio de una tasa real positiva para sacar pesos de la calle y, con ello, enfriar el consumo.
Es la política antiinflacionaria elegida por el Gobierno saliente, que no ha dado resultados para domar a los precios. Ahora, la nueva gestión de Alberto Fernández dice que quiere desarmar estos instrumentos. Y lo que vaya a pasar puede impactar en los balances de los bancos.
Con el dólar planchado, el stock de Leliq había alcanzado los 1,3 billones de pesos el 1 de agosto, con una tasa del 60% anual. Pero la implosión de variables ocurrida después de las elecciones primarias del 11 de agosto comenzó a cambiar el escenario.
Para que los bancos no se desprendan masivamente de las Leliq y los pesos liberados vayan al dólar, el Central convalidó que la tasa de interés suba hasta el récord de 85,99%. A pesar de ello y del cepo al dólar instaurado el 1 de septiembre, los bancos se desprendieron de unos 300.000 millones de pesos en Leliqs.
Como la fuga al dólar no se detenía, el Central ajustó el cepo cambiario el 28 de octubre y planchó definitivamente el precio. En paralelo, la tasa de interés inició un descenso marcado que la devolvió al 63%.
Según datos oficiales del 27 de noviembre (últimos disponibles), el stock de Leliq no ha parado de caer y ya se ubica en los 741.815 millones, casi el mismo nivel que un año atrás y un 44% menos que el récord alcanzado en medio de la parafernalia electoral. Ahora todo dependerá del plan que traiga entre manos el nuevo Gobierno.