Chile amaneció hoy con un paro general después de la cuarta noche consecutiva de toque de queda en la capital, Santiago, en la que continuaron los disturbios y la represión al tiempo que se multiplicaron las denuncias por los abusos de los militares.
El presidente Sebastián Piñera anunció a última hora de ayer una serie de medidas orientadas a calmar las aguas, entre ellas el aumento del 20% del salario mínimo, pero los manifestantes se mantiene en las calles.
La Central Única de Trabajadores (CUT) confirmó esta mañana la huelga, que se extenderá hasta mañana.
Se trata de una medida convocada por más de 20 organizaciones sociales que le exigen al gobierno la salida de los militares de las calles para deponer la convocatoria.
Además, llamaron a una marcha para las 10.30, que comenzará en Plaza Italia y se trasladará hasta la Plaza de los Héroes.
El secretario general de la CUT, Nolberto Díaz, dijo que el objetivo de la acción es decir "no al Estado de Emergencia, para recuperar la paz, profundizar la democracia y para que se atiendan las demandas justas que el pueblo está solicitando".
Se espera que la marcha se replique en varias ciudades del país y se ha anunciado un cacerolazo a las 18.
El Metro reanudó su servicio en las líneas 3 y 6 sumándose así a la línea 1, que hasta ayer era la única que seguía funcionando, aunque parcialmente, informó el portal de noticias chileno Biobio.
Los trabajadores del Metro rechazaron el reinicio de las operaciones, anunciado anoche por Piñera, argumentando que no están dadas las condiciones de seguridad para volver a sus trabajos.
En tanto, el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, confirmó que 15 personas murieron en las protestas mientras las denuncias sobre los abusos de las fuerzas armadas se replican cada vez con más fuerza.
El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) precisó que hay 1894 personas detenidas en todo el territorio chileno, cinco muertos a manos de las fuerzas armadas y 30 amparos judiciales: 9 de ellos por violencia sexual.