Hace unos días, nos llamó la atención y por eso lo publicamos, el lugar que le concedió en sus páginas a Mendoza el diario "El País", de España, refiriéndose a la calidad institucional de nuestra provincia.
Que la sociedad mendocina no haya dejado prosperar los intentos reiterados de reformar la Constitución provincial para permitir la reelección de los gobernantes y la capacidad de vencer la inercia del poder oficialista y cambiar el signo político de sus gobiernos, son algunas de las circunstancias que marcan la diferencia con otras regiones de la Argentina y otorgan a Mendoza una carácter institucional que la distingue.
Los Andes, a lo largo de sus 132 años, desempeñó, y lo sigue haciendo, un papel fundamental en la construcción de la institucionalidad que da forma a esa identidad, cumpliendo con su misión de informar a la sociedad con independencia del poder político y actuando como herramienta de control de los poderes estatales y sociales para que los mendocinos tengan mayores oportunidades de decidir por sí mismos. Y aunque en ese recorrido de tantos años, no siempre acertó, fue clave para ejercer alguna forma de control institucional, honrando así la confianza que los mendocinos le tienen depositada y una de las funciones más importantes del periodismo en una democracia.
Estamos muy lejos de lograr la calidad institucional que nos garantice la posibilidad de progresar y desarrollarnos como personas y como sociedad. Entre otros asuntos pendientes, por ejemplo, queda mucho por hacer respecto de la jerarquía, la calidad y la transparencia del servicio de justicia. También tenemos que superar el desequilibrio institucional que produce la posibilidad de reelegir indefinidamente a los jefes departamentales, práctica que alienta nepotismos, corruptelas y clientelismos. Es imprescindible encontrar la forma de lograr sistemas de control ético que sean eficaces. Nuestra sociedad protesta con cinismo contra las conductas mafiosas pero en la intimidad admira la capacidad que tienen esas mafias para hacerse ricos.
En estos días tenemos la oportunidad de impulsar un cambio en el curso de la historia eligiendo un nuevo presidente. Cuidar, consolidar y acrecentar la identidad institucional de Mendoza es un desafío formidable y convocante y Los Andes renueva en ese sentido, el compromiso fundacional de Adolfo Calle.
La vigencia de la crónica periodística
Para recordar el 132° aniversario de nuestro diario, recuperamos en esta edición especial las crónicas de algunos hechos que jalonaron el camino que recorrimos junto a los mendocinos. No se trata de un reflejo nostálgico sino del rescate de la crónica como relato detallado y objetivo de un acontecimiento que va más allá de una simple recopilación de datos, convencidos de que se trata de un género periodístico que mantiene plena vigencia como herramienta informativa que nos acerca al lector y reafirma la identidad de una comunidad frente a las abstracciones del mundo digital.
La historia parece dirigirse hacia la unidad global de la humanidad. Sin embargo, frente a la fantasía del hombre virtual o abstracto que engendramos entre todos a través de la colmena digital, se levantan las realidades esenciales y concretas de un hombre de carne y hueso, con sus necesidades físicas y espirituales, que comparte con su entorno inmediato ilusiones, mitos, tradiciones, alegrías y catástrofes naturales. Las crónicas nos hablan de estas vivencias compartidas y así forjan también esa identidad que caracteriza a los mendocinos, más allá de que se publiquen en la edición impresa o en cualquiera de las plataformas digitales.