Domingo, 23 horas: Hacía pocos minutos que se conocía el contundente triunfo del Frente de Todos en las urnas y mientras la opinión pública se estaba acomodando a la sorpresa, en los bancos digitales y las casas de cambio que operan desde el celular el dólar daba sus primeros saltitos.
La demanda, aunque hormiga, hacía que las cotizaciones online se movieran hacia arriba. La victoria de Alberto Fernández por una diferencia tan marcada era una posibilidad poco explorada entre los inversores. Aún así, la expectativa del mercado en la previa era que si la diferencia entre las dos principales fuerzas superaba el 5% el dólar podría saltar hasta los $ 60.
Ya en ese momento se cruzaron mensajes por Wathsapp entre los responsables de las mesas que operan el tipo de cambio 24/7. El dólar cotizaba el fin de semana en torno a los $ 47, pero antes de la medianoche dio un salto para quedar más cerca de los $ 50.
Lunes, 10 horas: la debacle de los mercados argentinos era un hecho. Mientras las acciones argentinas en Wall Street se desplomaban más de 30% y los bonos caían en los mercados internacionales y antes de que comience el horario bancario, la divisa ya cotizaba cerca de los $ 53 pesos.
A esta hora, ya estaban operando algunos bancos tradicionales que extendieron su horario de compraventa de monedas por sus aplicaciones en el celular. También los bancos y las casas de cambio digitales. El billete ya operaba a $ 53 en la web del Banco Galicia, donde los clientes pueden realizar operaciones online, a $ 49,90 en el BBVA $ 51,40 y Patagonia $ 53.
El spread se duplicó y alcanzaba los $ 5. En la primera media hora de operaciones se dio una estampida de clientes que, o bien querían aprovechar para pasar sus pesos a moneda dura antes de que ésta siguiera subiendo, o simplemente querían cotejar el valor que les pedía su banco.
El efecto fue inmediato: ante el boom de ingresos, las mayoría de las aplicaciones de bancos colapsaron. Las quejas se sentían en las redes sociales, donde algunos usuarios reclamaban que no podían ingresar a las entidades para hacer transferencias, revisar sus saldos o realizar pagos, operaciones que nada tenían que ver con la compra de divisas.
Pasada una hora, la situación comenzó a normalizarse en la mayoría de las entidades. En los canales digitales de un banco de origen extranjero notaron que la afluencia de usuarios se triplicó entre las 10 y las 14. En otra entidad reconocieron que los problemas para operar se debieron a "la alta concentración de accesos que se produjo toda la mañana del lunes, donde los clientes buscaban la cotización".
Al principio, los accesos estuvieron colapsados, lo que generó preocupación de los usuarios. Después del mediodía se conseguía operar, pero en muchas entidades la compra y venta de divisas era una funcionalidad que "tiraba error". Una situación distinta se veía en las casas de cambio digitales. La app de Balanz por ejemplo, no reportó ninguna caída y los clientes podían operar incluso a un tipo de cambio más bajo del que ofrecían las pizarras.
Martes, 15 horas: los ahorristas se preguntaban si lo peor ya había pasado. El dólar había terminado a $58. En los principales bancos que operan en el celular vieron la misma cantidad de ingresos extraordinarios que en la previa, aunque menos operaciones de compra. Los sistemas ya estaban restablecidos: en la mayoría de los bancos no se registraron fallas y los clientes pudieron operar normalmente.
Miércoles 14 de agosto: mientras el dólar se recalentaba en la City, en los bancos reportaron que las compras de divisas se hacían principalmente por vías digitales, aunque no especificaron si por las apps o en el tradicional homebanking. En una entidad privada explicaron que veían cautela en los clientes minoristas y que en cantidad de operaciones la demanda del billete estadounidense no era superior al promedio de agosto.
Con todo, el dólar terminó a $63. Un dato: en Portfolio Personal Inversiones ya registraban el 95% de incremento de cantidad de usuarios, con respecto a la primera mitad del mes de julio. Jueves y Viernes: llega la estabilización. Con el dólar por debajo de los $ 60 y con pocos pesos para poder seguir comprando, la afluencia de clientes se normalizó.
En un banco privado que prefirió dar esta información de forma confidencial reportaron que "el nivel de compras fue similar al promedio del mes de agosto, el viernes anterior hubo incluso más operaciones que las registradas que al cierre de la semana". Los bancos consultados por El Cronista para esta nota aseguraron que, de darse un nuevo salto en la demanda, sus aplicaciones podrán hacerle frente sin fallas.