El 8 de junio pasado se cumplieron 24 años del máximo cimbronazo de un equipo africano en una Copa del Mundo. Lo dio Camerún con un salto letal de Oman Biyik y lo sufrió el por entonces vigente campeón, Argentina.
Fue 1-0 en el debut de Italia 90. Casi dos décadas y media después de los bailes del interminable Roger Milla y del tremendo torneo de los Leones Indomables (3 a 2 contra Inglaterra en suplementario en cuartos de final), los seleccionados del continente negro siguen con la cuenta pendiente de llegar a semifinales
Desde el debut de Egipto, en Italia 1934, fueron 28 las participaciones de equipos africanos en campeonatos del Mundo.
Y sólo en tres ocasiones se pudieron meter entre los mejores ocho, un registro que está muy lejos de revalidar todo lo que insinúan en selecciones juveniles. Camerún, ya dicho, fue el primero.
Luego le siguió Senegal, que dio el golpe al vencer en fase de grupos al campeón Francia en 2002 y hace cuatro años atrás Ghana estuvo a punto de hacer historia, pero los penales le jugaron una mala pasada ante Uruguay.
La peor participación, en cambio, fue de Zaire en Alemania 74, con tres derrotas, 14 goles en contra, ninguno a favor y con la yapa de haber protagonizado uno de los peores papelones de los que se tenga registro.
En el duelo contra Brasil, en un tiro libre en contra, Ilunga Mwepu escuchó el silbato del árbitro, salió corriendo de la barrera y despejó el balón antes de que la ponga en juego el atacante... claro, no sabía ni las reglas del deporte que estaba jugando. ¡Y llegó a un Mundial!
En Brasil sus representantes serán Argelia, Camerún, Costa de Marfil, Ghana y Nigeria. Todos intentarán llegar a jugar los siete partidos, algo que les valdría un lugar para siempre en la historia.
