Los accidentes en el Acceso Este

Las estadísticas indican que el mayor porcentaje de accidentes en Guaymallén se produce en el Acceso Este.

Los accidentes en el Acceso Este
Los accidentes en el Acceso Este

La noticia impacta a partir de la simple lectura de los números: el 60 por ciento de los choques en Guaymallén, se producen en el Acceso Este. Se hace mención a problemas de infraestructura, a erróneas decisiones en la diagramación de la ruta, a la supuesta necesidad de construir rotondas, etc, cuando la única realidad pasa por la velocidad con que circulan los vehículos, a pesar de tratarse de una avenida interurbana.

El principal inconveniente, según los estudios, se produce frente al shopping, donde se reduce la cantidad de carriles de circulación, especialmente en el tránsito en dirección al Este pero, cada vez que se produce un accidente en ese sector, de inmediato el problema se traslada al carril que va hacia el Oeste, porque los conductores tienden a reducir la velocidad para observar lo sucedido.

Deberíamos comenzar indicando que resulta incomprensible, al menos para los neófitos, que quienes diseñaron las obras de ampliación del Acceso Este, en el tramo comprendido entre calle Estrada y el shopping, no hayan advertido los problemas que se plantearían cuando tres carriles pasan a convertirse automáticamente en dos líneas de circulación, lo que constituye un "embudo", al que se suma una cuarta línea de circulación, por el ingreso de una de las calles laterales.

La consecuencia final es lógica: frenadas bruscas, volantazos violentos y muchos accidentes, algunos de ellos con consecuencias lamentables, como la pérdida de vidas.

En el propio Ministerio de Seguridad se reconoce que se trata de un punto conflictivo, aunque advierten que resulta difícil que tenga una solución concreta, mientras desde la comuna departamental se indica que el problema se vuelve más complejo porque el acceso es de jurisdicción nacional.

Siempre tomando el hecho como simples observadores, podríamos advertir que resulta difícil la implementación de nuevas obras porque los espacios físicos no lo permiten. Pero sí podríamos hacer mención a que la solución no necesita de fuertes inversiones sino de la aplicación de normas legales.

A tal efecto, podemos remitirnos a lo que establece la Ley Nacional de Tránsito 24.449 que, en su artículo 51, establece las velocidades máximas permitidas, aunque se advierte que en la Argentina, por ser un país federal, cada provincia puede establecer normas propias para su jurisdicción.

La norma legal indica que las velocidades máximas deben ser respetadas, salvo que exista una señalización vial que indique lo contrario.

La ley dice que, en zonas urbanas, la velocidad máxima a la que se puede circular por las calles es de 40 kilómetros por hora y, en el caso de las avenidas, de "60 kilómetros por hora", mientras en la zona rural la máxima de 130 kilómetros por hora sólo puede ser aplicada en autopistas, sin cruces a nivel. En el caso de las semi autopistas ("un camino similar a las autopistas pero con cruces a nivel"), la máxima es de 120 kilómetros por hora.

Sin embargo, en el caso del Acceso Este -como también sucede en el Acceso Sur- aún tratándose de una avenida "urbana", los automovilistas superan holgadamente los 100 kilómetros por hora (cuando la máxima debería ser de 60) e inclusive despotrican y adoptan medidas prepotentes hacia aquellos que, por simple precaución, circulan a velocidades "normales".

Deberíamos indicar también que esos 100 kilómetros por hora a que hacemos mención se mantienen a lo largo del recorrido y recién la velocidad disminuye en las cercanías del nudo vial de la Costanera, en el caso de la circulación hacia el Oeste.

La aplicación de la norma vial, entonces, podría resultar una solución, en razón de que, a 60 kilómetros por hora, es difícil que se produzcan accidentes y, de ocurrir, los daños físicos personales serían mínimos.

Para aplicar la medida, sería necesario establecer un período de advertencia, de información y de concientización y, una vez concretados esos pasos, comenzar con la aplicación de sanciones a quienes no respeten las normas. Estas decisiones a algunos, los menos, no les gustarán, pero irán en beneficio del resto de la sociedad.

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