Los 100 años del canal y la revolución del turismo

El 15 de este mes la mega obra de ingeniería que une el Atlántico y el Pacífico cumple un siglo. Entre tanto, el país crece a su vera y los viajeros no paran de llegar.

Los 100 años del canal y la revolución del turismo
Los 100 años del canal y la revolución del turismo

El agua eleva el buque, a nuestros ojos el procedimiento es imperceptible, la mole avanza a escasa velocidad comandado por un experto del canal que se encarga del paso transoceánico.

En la otra vía sucede lo mismo, esta vez es un barco pequeño, turístico, que cruza del Atlántico al Pacífico en un santiamén, y así cada día la operación e repite sin tregua, viendo circular a unos 35 o 40 navíos y a más de 1.000 millones de dólares anuales.

La extraordinaria mega obra que desde el sector más angosto de América vincula las masas de agua, cumple 100 años. Panamá lo celebra.

Mientras tanto, la skyline supera las expectativas. Enormes rascacielos espejados reflejan el incesante movimiento de la bahía, del comercio mundial que se afinca por allí –un 5% transita por el canal- para agilizar asuntos financieros.

Los centros comerciales crecen al unísono, a la sombra de los descuentos y de librarse de impuestos, las cadenas hoteleras siguen a pie puntillas el boom panameño y se elevan piso a piso deslumbrando con servicios.

Con 3.000.000 millones de habitantes, ofrece una Zona Libre “Colón” donde ya operan más de 2.000 empresas, una excelente conectividad aérea con toda la región y realiza obras de ampliación de la conexión marítima.

Contrapone sus imponentes edificios que pinchan el cielo en la calle 50, con el popular barrio El Chorrillo, ese mismo que una noche de diciembre de 1989 fue blanco de los ataques de las tropas norteamericanas que buscaban derrocar al dictador Noriega.

El turismo no es ajeno al fenómeno, así en los últimos años Panamá dejó de ser una escala para llegar generalmente a una isla cercana, para pasar a ser un destino más en la hoja de ruta de cualquier viajero.

Copa Airlines por ejemplo, hace escala obligada, en sus vuelos hacia otros puntos caribeños, pues bien vale quedarse unos días para descifrar las leyes de atracción que reina en este particular enclave.

100 años no es nada

Los conquistadores lo desearon pero el primer esfuerzo para vincular certeramente los océanos sin pasar por tierra lo iniciaron los franceses hacia 1880, sin embargo los problemas de financiamiento y las enfermedades tropicales tiraron por la borda la iniciativa.

Fue en 1903 cuando Panamá consolida su independencia de Colombia y acuerda con Estados Unidos la construcción del canal. Finalmente se inauguró el 15 de agosto de 1914, pero los del norte continuaron administrando el transporte hasta el 31 de diciembre de 1999. Tras la recuperación panameña el país creció de manera notable.

Para comprender la relevancia del hito hay que llegar al Centro de Visitantes de Miraflores. A solo 20 minutos del centro, desde las terrazas, es posible observar como los barcos atraviesan el continente.

Funciona mediante un sistema de tres complejos de esclusas –Gatún, Pedro Miguel y Miraflores- de dos vías cada una, que sirven como ascensores de agua que elevan los buques al nivel del lago Gatún, a 26 m.s.n.m., para permitir el cruce por la Cordillera Central, y luego bajarlos al nivel del mar al otro lado del istmo.

El agua que se utiliza para el procedimiento en cada juego de esclusas se obtiene del espejo, por gravedad es vertida en las arterias acuáticas a través de un sistema de alcantarillas principales.

Sorprende ver la magnitud de los buques que como piezas Lego atraviesan por los angostos canales, algunos apretados contra las orillas, como pasando a milímetros de la estructura de cemento, una verdadera proeza.

También en este lugar encontrará un museo con exhibiciones interactivas sobre la historia de la construcción, sus héroes, el ecosistema y datos sobre la ampliación que estará lista el año próximo.

Un casco viejo y un Abuelo

Una caminata en la mañana o medio día por las callejuelas adoquinadas del Casco Antiguo permiten un paneo de lo que fuera la vida en la exquisita Bahía de Panamá.

Sus edificios de tiempos de la colonia dan cuenta de la historia vernácula entrelazada con banderas españolas, francesas y estadounidense. En la actualidad las autoridades se empeñan en recuperar el área revalorizando las huellas edilicias del pasado e incorporando al turismo en un singular viaje al ayer.

recuperadas que son un tesoro imposible de saquear.

Las de la Catedral (1626), en las que se destaca la torre del campanario de tres cuerpos, a un lado restos del Cabildo (1583), con el frente hacia la Plaza Mayor y el Fuerte de la Natividad (1658).

Luego del paso de Morgan sobrevino la refundación, en 1673, como ciudad fortificada con una relevante muralla de piedras con  siete baluartes para protegerla de cualquier intento de ataque.

En el interior se erigieron construcciones religiosas, militares y civiles, las que perviven hasta nuestros días y fueron declaradas desde 2003 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

No se pueden obviar en el paseo: la Iglesia de San José, conocida por su altar de oro; el convento de Santo Domingo, con su particular arco chato; la Catedral Metropolitana y el Palacio de las Garzas, actualmente sede de la Presidencia de la República.

Tampoco puede desestimarse el ron El Abuelo, con más de una docena de años de añejamiento en alguna taberna añosa al atardecer. 

Dato curioso: no todo es color de rosas en la modernización y la conservación pues la ampliación de la Cinta Costera -una enorme circunvalación con varios carriles- ha generado un conflicto con el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco, ya que ésta afecta, según el organismo, el patrimonio resguardado. Controversias si las hay.

Tras los muros

El Cause way o Calzada de Amador, es uno de los principales atractivos capitalinos que conduce a las islas Naos, Culebra, Perico y Flamenco. Esta arteria sobre el mar fue erigida en 1913 con el material extraído durante la construcción del canal.

A su vera la práctica de deportes al aire libre, además claro de brindar hermosas vistas de los modernos rascacielos, del Casco Antiguo, de los buques en su tránsito continuo de un lado al otro y del imponente Puente Las Américas.

Restaurantes con la más variada comida panameña e internacional, hoteles, bares, discotecas, marina de yates, entre otros sitiales que siguen hablando de la próspera nación.

Pero si hay algo que atrae al turista por estos lares son sus centros de compras, los que esgrimen grandes rebajas -al mejor estilo Miami- y zonas libres de impuestos, como en algunas islas del Caribe.

Así los delirios de los compradores compulsivos se exacerban y seguramente todos partan de aquí con más de una valija.

El shopping más grande y con las mejores ofertas es el Albrook Mall. Se encuentra a unos 20 minutos en taxi del centro (no hay que pagar más de U$S 5 el viaje).

En tanto el de las mejores marcas internacionales es el Multiplaza conectado al Hotel Radisson (la sugerencia es ir a tomar un café al alojamiento para apreciar la excelente vista citadina).

Otra opción de menores proporciones, lo que puede servir a los que tienen pocas horas para dedicar a las compras, es Multicentro, ubicado sobre Av. Balboa -una de las principales-.

Allí hay dos tiendas muy apreciadas por los foráneos -Onda y Conway-. Además cuenta con casino y se encuentra conectado mediante un puente con el Hotel Hard Rock, toda una atracción en sí mismo.

Ya con bolsas multicolores, algún ron y la experiencia de playas cálidas y la piscina sin fronteras del hotel, el viajero regresa, sabiendo que la escala fue destino, y que valió la pena.

El canal en números

Situado en el punto más angosto del istmo, mide aproximadamente 80 km. de largo.

En 2012-2013 generó U$S 981.800 millones.

Por día cruzan entre 35 y 40 buques, pagando un precio promedio de U$S 80.000.

Por allí transita el 5 % del comercio mundial.

Por las nuevas esclusas   -que se inaugurarán en 2015- pasarán buques con el triple de carga de los actuales. 

La ampliación se estima que costará unos U$S 7.000 millones.

Más información

Vuelos. Copa Airlines U$S 1.227 desde Bs.As. y U$S 1.381 desde Córdoba, con impuestos incluidos.

Centro de Visitantes de Miraflores. Adultos U$S 15, niños U$S 10. De lunes a domingo de 9 a 17.

Hard Rock Hotel Panamá Megápolis. El museo del rock cuenta con 66 pisos en el corazón citadino. Sus paredes y pasillos son escaparates repletos de tesoros, desde vestimenta hasta instrumentos utilizados por las grandes figuras del rock de todos los tiempos. Sus tarifas rondan los US$ 189 la noche.

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