Martín Cecchi (33) es mendocino, creció en San Carlos y estudió Sociología en la Universidad Nacional de Cuyo. Una beca doctoral lo llevó a Padua donde vivió alrededor de dos años.
En Italia fue donde conoció a su novia -hoy, su mujer- y, cuando se le presentó la oportunidad de realizar un intercambio académico en Londres no dudó en armar las valijas e instalarse en la ciudad inglesa junto a su pareja. Desde 2015 vive ahí y no descarta mudarse a otro lugar, aunque mientras tanto disfruta de las bondades de una ciudad tan cosmopolita e inquieta como Londres.
Lo que más le gusta: La infinita variedad de posibilidades de aprendizaje concentradas en un mismo lugar. Desde la posibilidad de interactuar con distintos idiomas y puntos de vista culturales, hasta encontrarse con las más variadas tradiciones gastronómicas en cualquier barrio de la ciudad.
Lo que menos le gusta: El enorme problema de contaminación que enfrenta la ciudad, por el momento, sin vistas de solución. Esto afecta -especialmente- la calidad del aire que se respira. Durante los primeros 5 días de 2017, por ejemplo, Londres sobrepasó el límite de contaminación del aire que, según estándares internacionales, sería aceptable para todo el año.
Una calle preferida: La Brixton, columna vertebral del homónimo barrio de Londres. Localizada al sur de la urbe, esta zona alberga -principalmente- comunidades africanas y centroamericanas. Lugar de nacimiento del legendario David Bowie, Brixton es una acuarela multicultural, vibrante e intensa.
Un ritual en la ciudad: Las reuniones en los pubs al final de la jornada laboral. El encuentro de colegas y amigos, casi sin excepción acompañado de la tradicional variedad de cerveza "ale", muestra una de las caras londinenses más típicas.
En Londres, Martín recomienda tres planes para hacer y además, gratis.
Sky garden
En el centro de la metrópolis londinense se encuentra el imponente 20 Fenchurch Street -en la calle homónima- informalmente conocido como “walkie talkie”. Proyectado por el célebre arquitecto uruguayo Rafael Viñoly, este moderno e imponente rascacielos de 160 metros, se ha convertido en uno de los íconos principales de la city y es un atractivo en sí mismo. Pero es en el piso superior del edificio donde está la joya escondida: el Sky Garden (jardín del cielo). Además de la posibilidad de tomar un café, una cerveza o un smoothy rodeado de un exótico y moderno jardín, el Sky Garden ofrece una inigualable vista panorámica de la ciudad.
La entrada es gratuita. Sin embargo, debido a la gran cantidad de visitantes durante todo el año, es necesario estar atento para reservar apenas se abren los cupos (dos semanas de antelación respecto a la fecha requerida).
Angel Comedy
En el corazón de Islington, al Norte de Shoreditch, se aposta Angel, una vibrante zona caracterizada por sus variados pubs, restaurantes y negocios. Es aquí donde todas las noches, a partir de las 20, un típico pub inglés llamado The Camden Head abre sus puertas para mostrar una de las caras más divertidas de Londres: los espectáculos de stand up.
Comediantes de excelente nivel y diversas nacionalidades, muestran su talento y dejan tras de sí un mar de carcajadas. Aunque cueste creerlo, esto también es gratis. El sábado es el día reservado para celebridades del stand up comedy, por lo que es también el día de mayor concurrencia. Es siempre conveniente llegar al menos una hora antes para asegurarse un lugar, ya que no se aceptan reservas y el ingreso es por orden de llegada.
Regents Canal
Sorprende encontrarse en la zona central de Londres con Regents Canal, un lugar poco conocido y nada concurrido por turistas, pero muy valorado por los locales.
En su manso recorrido de Este a Oeste, el Regents Canal enamora al paseante reflejando, en sus aguas, cafés, restaurantes y una variedad arquitectónica única, que mezcla sin pudor el tradicional ladrillo visto inglés, con construcciones en las que predominan el vidrio y el metal.
Más atractivos y curiosos aún, resultan los llamados narrow boats, verdaderos complejos habitacionales flotantes en los que vive una población bohemia y nómada: la regulación urbana obliga a pagar importantes impuestos a quienes ocupen el mismo lugar por más de dos semanas, por lo que estos simpáticos habitantes tienden a mantenerse en continuo movimiento.