En un partido emotivo, con resultado cambiante y con buenas intenciones de parte de uno y otros por jugar, Montecaseros le ganó a domicilio a Pacífico y quedó con el segundo puesto de la tabla de posiciones, que por ahora está en manos de Huracán (SR).
El encuentro fue emotivo desde el comienzo, con una chance por bando y con la clara intención de buscar siempre la manera de lastimar la última línea defensiva del rival.
Era más el local, haciendo ancho el campo de juego, con Peinado, Anzorena, Martínez y Alferez, pero Rodríguez, de enorme trabajo, se convirtió en figura en varias ocasiones.
En la visita no había quien se hiciera eje de circulación y sus hombres perdían demasiado rápido la redonda.
Mientras que Pacífico proponía, el elenco del Este provincial decidía esperar agazapado la chance de algún contragolpe.
Y justo cuando la etapa llegaba a su fin, una falta al borde del área sobre Hernández provocó la apertura del marcador. El encargado de la ejecución fue Montiveros y Amaya la empujó a la red.
Ganaba Pacífico y estaba bien por lo que habían propuesto unos y otros y por la sana determinación de hacerse protagonista.
Sin embargo, a segundos del pitazo final, Anzorena perdió el balón ante la marca de Stipech, quien cedió para Sosa y la cesión para la llegada de París, quien definió con mucha categoría ante la salida de Giacone. Era demasiado premio para la visita, que nunca alcanzó a inclinar la balanza del mereciómetro en su favor.
Claro que lo que siguió en el complemento permitió mirar con otros ojos el resultado final, porque los dirigidos por Villafañe ya no fueron los mismos y no volvió a tener el control absoluto del juego.
Montecaseros no fue un dechado de virtudes, pero exhibió una eficacia envidiable para aprovechar los errores que tuvo la última línea local y se terminó quedando con una victoria con sabor a mucho por las circunstancias y por todo lo que implicaron los tres puntos.
Giacone y la defensa fallaron, tras una pelota parada de Marchetti, y Sosa definió con mucha tranquilidad para cerrar una historia que arrancó torcida y terminó de la mejor manera.
Enorme triunfo por todo lo que había en juego y una sensación se impone: el Lobo del Norte está más vivo que nunca. ¿Pacífico? deberá revisar sus papeles porque olvidó las lecciones más importantes.