Con tres cambios en el once titular con respecto al equipo que cayó 4-2 en Madryn, con una arriesgada apuesta ofensiva y con un cúmulo de sensaciones y nervios en sus hombros, esta noche, desde las 21, Gimnasia y Esgrima saltará al campo de juego del Víctor Antonio Legrotaglie para recibir a Deportivo Madryn, con la obligación de ganar por dos goles o más para seguir soñando con el ascenso a la B Nacional.
En caso de conseguir una diferencia de dos goles, la definición se estirará irremediablemente a los penales.
Durante la semana, la derrota trajo consecuencias. La dupla técnica conformada por Darío Alaniz y Martín Abaurre decidió tres cambios: Tomás Marchiori volverá a ocupar el arco en lugar de Ezequiel Viola; Diego Mondino remplazará a Walter Poblete y Neri Espinosa estará en lugar de Diego López.
La intención, como en anteriores ocasiones, será lastimar por las bandas, con Espinosa y Cucchi jugando como extremos cada vez que el juego lo permita. Además, apuestan por Becerra para la construcción ofensiva.
Aunque la derrota en la ida fue dura, en el Parque hay confianza para revertir una situación imprevista en el comienzo de esta llave definitoria.
La gran cantidad de chances despilfarradas en el encuentro de ida dejaron sensaciones positivas en el plantel y cuerpo técnico, aunque también es cierto que algunas falencias defensivas dejaron muchas dudas.
En el banco de suplentes, esperando una oportunidad, estarán Viola, Agustín Briones, Poblete, Mateo Ramírez, Sergio Oga, Cristian Llama, Iván Agudiak y Nicolás Romano.
En la visita no habrá modificaciones con respecto al equipo que venció en la ida. Mientras Luis Ignacio Murúa se la juega por los mismos once, Mariano Mc Coubrey reconoce que “el candidato sigue siendo Gimnasia”.
Serán 90 minutos a todo o nada. El premio mayor será el pasaje a la próxima instancia en busca del ascenso. Demasiado como para no jugarse el pellejo.