Lobesia: arrancó el combate activo

La Emergencia activó una estrategia mix de feromonas e insecticidas incluso cerca del perímetro urbano. Buscan erradicar 25 mil hectáreas de fincas abandonadas. Según datos de Senasa en la provincia de Mendoza existen 150 mil hectáreas afectadas.

Lobesia: arrancó el combate activo

Todo espera, menos la polilla de la vid, que desde 2011 hace estragos sobre 150 mil hectáreas de viñedos en Mendoza, 15% más que en 2016. Es que la ley que asigna presupuesto al Programa de Control administrado por Senasa salió en 2015, los fondos ($ 400 millones) se imputaron este año para licitar el insumo necesario (feromonas de confusión sexual) y recién en la primera semana de setiembre los llamados difusores empezaron a repartirse entre los productores

Un dato que pinta el avance del insecto es que en el último año la superficie cuarentenada en Mendoza trepó de 135 mil a 150 mil hectáreas de viñedos. Por eso, y mientras Iscamen arrancaba con la distribución por oasis, ante la necesidad de agilizar la compra de insumos para combatirlo, Senasa declaró la emergencia fitosanitaria desde el 5 de setiembre último hasta el 30 de junio de 2019.

La medida, contemplada en la Resolución 583/2017, es en realidad una prórroga de la declaración que había vencido a mediados de 2016.

El objetivo es, según la medida, "la adopción y/o fortalecimiento de tareas de control, prevención y vigilancia contra la plaga que afecta a la producción de uva", dentro del Programa Nacional de Prevención y Erradicación de Lobesia botrana.

¿Por qué ahora? Según el director regional Cuyo de Senasa, Carlos Lechmacher, “porque facilita muchos trámites administrativos para la contratación de proveedores de los insumos necesarios. En segundo lugar habilita a tomar acciones dentro de un plan de acción integral, incluso más cerca de zonas urbanas. Este año, por primera vez, se va a encarar una lucha integral y en toda la superficie de las provincias afectadas”.

Cabe recordar que para el ciclo 2017-2018 se le asignó al Programa un presupuesto más de $ 400 millones en fondos nacionales para un tratamiento caro. La técnica de confusión sexual a través de la instalación de difusores de feromonas es, a pesar de su costo (U$S 160 por hectárea), el método elegido. La asistencia a los productores comenzó la primera semana de setiembre.

Hay todo un universo por cubrir. Son más de 7.000 los productores inscriptos en el Registro, de los cuales hasta las 25 hectáreas lo recibirán gratis. El resto, devolverá el costo en cuotas desde el segundo año.

Hasta agosto, habían registrado algo más de 8.000 CUITs , con 11.000 propiedades con vid equivalentes a 126.000 hectáreas, según los datos del Iscamen (Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza). En la primera semana de setiembre empezó el reparto de difusores de feromonas a 6.428 fincas, 4.916 productores poseedores de más de 61.400 hectáreas, sin contar uva de mesa y orgánicos.

Frente a los cuestionamientos sobre la eficacia del Programa, Lechmacher tiene sus argumentos. “Conceptualmente siempre supimos lo que había que hacer, el tema era que los recursos no estaban”. Pero las limitantes pasan por otro lado.

Trabajo conjunto

Senasa e Iscamen ya definieron un combo de acciones, que no excluye tampoco al tratamiento químico e incorpora otra modalidad: el tratamiento con aviones de feromona “flotable” (por aspersión aérea, al menos una vez al mes).

Por lo tanto, los productores vitícolas tendrán que acostumbrarse a una postal variopinta, entre tractores con pulverizadoras, difusores o “casitas” y de vez en cuando un avión que sobrevolará las fincas para “sembrar” desde el aire.  “Prácticamente toda Mendoza está afectada por Lobesia, y en una lucha integral no de pueden dejar reservorios afuera", resumió el funcionario.

En cuanto a las responsabilidades que fuerza la Emergencia, el director nacional de Protección Vegetal del Senasa, Diego Quiroga, citó la normativa para un trabajo conjunto con las provincias, al mencionar que “la Ley 27.233 establece la responsabilidad primaria de todos los actores de la cadena agroalimentaria y la 27.227 que declara de interés nacional el control de Lobesia botrana, estamos coordinando para controlar la plaga y reducir los daños que provoca en la producción”.

Por su parte, el coordinador del Programa por Iscamen, Guillermo Azin, detalló que, con todo, el cronograma prevé “la entrega de insecticidas orgánicos. Así, después de octubre deberíamos tener todo un tratamiento completo, para en diciembre encarar una campaña de control”.

Aunque no hay cifras concretas de pérdidas en volumen (quintales), la mirada experta de Azin detalla un criterio sobre cómo actúa la polilla.

“Todo está supeditado al tipo de variedad y al sistema de conducción. Los ataques más fuertes llegan a superar el 70% en zonas como Cruz de Piedra, donde se detectaron los primeros focos, en espalderos y variedades tempranas como el Chardonnay. En cambio, el cabernet es más resistente”.

Presión: entre las fincas y los patios

En cuanto a la presión de la plaga y afectación por zonas, el mapa muestra aún un relativamente bajo grado de incidencia (es baja) enSan Rafael y Alvear, pero mucho mayor en las áreas bajo cuarentena. Esto es, Este y Norte, en especial, y parcialmente en Valle de Uco.

De ese mapa se vale el presidente de Iscamen, Alejandro Molero, para ser optimista con los primeros resultados al terminar la Emergencia, en 2019. “En esta campaña somos optimistas de poder limpiar el oasis Sur, donde hubo menos de 200 capturas y por tanto menor presión de la plaga. En dos años podemos hacerlo en el resto de los oasis productivos”, proyectó el funcionario, que se despega de la “teoría de la convivencia” de Chile porque a su criterio “allá la Lobesia lleva más tiempo y una mayor dispersión”.

Sin embargo, no todo parece tan sencillo. Lo cierto es que a Mendoza y San Juan acaba de sumarse unas 3 mil hectáreas con focos detectados en Salta, donde aparece otro costado de la realidad: los parrales y, por lo tanto, el problema de la Lobesia “transpatio”. Ni más ni menos que la cada vez mayor cantidad de insectos que se hospedan en los viejos parrales de las casas, lo cual justifica que la avanzada apunte a las zonas urbanas también.

“La problemática transpatio no se va a solucionar con el tratamiento. Se necesita más conciencia por parte de los que tienen producción doméstica de uva. En parte por eso nos extendimos con las acciones a áreas productivas en algunos casos distantes 500 metros de una zona urbana según la delimitación de los municipios”, señaló Lechmacher.

Desde el INTA sostienen una certeza: ningún tratamiento en el marco del Programa podrá penetrar en los hogares. Apelan a la conciencia de los vecinos que aún cuentan con parrales, un hospedero muy común para la polilla.

“Así la problemática transpatio no se puede solucionar. Se necesita que la gente actúe y tal vez la feromona floable sea una salida”, analizó Violeta Becerra, del departamento de Fitofarmacia de la Estación Experimental Mendoza de Inta.

A su vez, Molero anticipó, para zonas urbanas, aplicaciones terrestres “aunque no hay una estrategia delimitada aún. Hoy es tan importante el parral de patio como la finca abandonada”.

Asimismo, relativizó el posible quiebre de stock de feromonas, a pesar de que se adquirieron 30 mil hectáreas menos de lo planificado. Destacó que “siempre la campaña contempló la combinación de métodos, comprendiendo insecticidas orgánicos en zonas más afectadas. De hecho se hizo una prueba sobre 22 mil hectáreas en 2016 y pudimos medir un descenso de la plaga de hasta 30% en oasis con mayor presión y daños que no superaron el 60%”.

La erradicación ¿el próximo paso?

Más allá de complementarse con químicos, la implementación de feromonas vía aérea se concentrará en el Este (2 pasadas en la temporada sobre unas 20 mil hectáreas), además de Maipú-Luján, las áreas en donde se disparó la plaga. En el Sur y parte de Valle de Uco por ahora se combatirá sólo con difusores.

El despliegue es "enorme" aseguran desde Senasa e Iscamen para llegar a la mayor cantidad posible de productores. Es que habrá que avanzar sobre viviendas, escuelas y hasta coordinar con la Dirección de Ganadería y el sector apícola para preservarlo de algún efecto colateral.

De a poco se reflota la opción de la erradicación, que a través del registro de propiedades del INV y de carácter voluntario tuvo una respuesta pobre ya que sólo 4 productores adhirieron. Por tanto, ahora Senasa e Iscamen avanzan en un reglamento para intimar y cobrar multas, sea a propietarios de fincas semiabandonadas como a las que ya no se explotan.

La lupa está puesta en Norte y Este, donde se detectaron 25 mil hectáreas de viñedos semi-abandonados sobre 110 mil en total.

El planteo tiene buena receptividad inicial del sector primario. “Más allá del tratamiento sobre viñedos en producción hay que abordar la situación incluso desde el punto de vista legal. Está el antecedente de la Carpocapsa, donde se hizo lo propio con mucho monte frutal afectado por su estado de abandono”, redondeó Daniel Rodríguez, de la Asociación de Viñateros de Mendoza.

Las cámaras piden más conciencia y flexibilizar el límite de gratuidad

Para Daniel Rodríguez, de la Asociación de Viñateros, “si bien en el Sur no pegó tanto, en la zona Este hay productores que perdieron más de la mitad de la producción, y en algunas zonas tuvieron hasta 3 mil caídas de insectos. Por eso hay que hacer un trabajo fuerte para que no se agrave la situación”.

Rodríguez propone un trabajo estricto en las barreras de Iscamen, de modo de evitar el ingreso de uva en fresco en época de cosecha, sino molida y en tanque. “Hubo denuncias al respecto. Es un control preventivo que debe funcionar perfectamente, al igual que en El Encón, para evitar una situación similar con el ingreso de materia prima desde San Juan”.

Asimismo, reclamó subir el límite de superficie para acceder a asistencia sin costo. "El productor atraviesa una situación difícil, no nos dejemos encandilar por el recupero de precios tras cuatro años. No es sólo aumentar la superficie hasta 50 hectáreas, sino analizar cada caso, para determinar si es la actividad sostén o sólo una de una explotación, y tampoco beneficiar a grandes firmas que son fraccionadores-exportadores.

En varios de los conceptos coincidió Fabián Ruggeri, responsable vitícola de Acovi. El experto parte de la convicción de que “el daño más fuerte” es el indirecto (podredumbre luego del ataque al grano) para afirmar que "la expansión de la plaga ha sido geométrica. Es que al principio se creía que el programa de Senasa con agroquímicos tendría éxito, y tampoco los actores de la cadena le dieron importancia. Los productores no estaban mentalizados al uso de insecticida ni preparados con la maquinaria para la aplicación”.

En base a la promesa oficial de que no habrá problemas de disponibilidad de insumos para 2018, Ruggeri se suma al pedido de incorporar más productores a la ayuda al menos en el primer año de los 4 que contempla la ley y el presupuesto para el Programa de Control y Erradicación.

Superficie afectada por provincia

Salta: 3 mil hectáreas
San Juan: 20 mil hectáreas.
Mendoza: 152 mil hectáreas.
Oasis Sur: 16.000
Valle de Uco: 26.000
Norte-Este: 110.000

Costos comparativos de tratamiento

U$S 160/ha es el costo promedio de difusores (sobre 350 unidades)
U$S 64 por hectárea  por la aplicación (producto+avión, cada 30 días)
$ 400 por aplicación en insecticida (sin contar mano de obra y gasoil)

Parámetros para la asistencia gratuita

Todos los productores están obligados al tratamiento; no salir sin encarpar camiones y vehículos limpios....
Gratis para productores de hasta 25 hectáreas
Más de 25 hectáreas: devolución % anual a partir del segundo año

La plaga y el programa, en números

2 cada 10 racimos se perdieron en zona Este (vendimia 2017) por la polilla
10% de merma en variedades tardías y en espaldero (caso Cabernet Sauvignon)
72% de merma en variedades tempranas y en parral (Chardonnay)
7.000 productores recibirán difusores de feromonas
80.000 hectáreas alcanzadas por la asistencia
25 es el límite para que sea gratuita
70.000 hectáreas se tratarán sólo con aeroaspersión + insecticidas
$ 400 millones es el presupuesto anual de Senasa para el Programa de Control
15% la variación interanual de la superficie cuarentenada

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