El tiempo pasa, la polilla del racimo hace estragos y los fondos para detener su avance no llegan. Lobesia Botrana, el nombre propio con el que conocemos a ese huésped que llegó para quedarse a los viñedos argentinos sin ser invitado, ya tiene entre 115 y 120 mil hectáreas en cuarentena por decisión de Senasa.
Con ese cuadro, la industria encara una semana clave para el futuro del Programa de control y erradicación que hasta ahora dio escasos resultados, pero va por su propia ley para asegurarse más fondos.
El dato representa casi 75% de la superficie ictícola y se incrementó en sólo un par de meses. Es que en junio, el organismo había reconocido 117 distritos cuarentenados, equivalentes a 110 mil hectáreas afectadas, pero una nueva resolución incorpora a todo el Oasis Norte, casi 10% más.
Con esa realidad a cuestas, por la que en buena medida el organismo deslinda responsabilidades en la falta de compromiso de los productores con el tratamiento y a su vez estos lo hacen con la falta de agroquímicos, un proyecto del legislador por Mendoza, Roberto Pradines, unificado con una propuesta adicional de su par Adolfo Bermejo, llega con media sanción de Cámara alta para tratarse en Diputados el miércoles 7.
Lo medular del proyecto corre el eje actual de un tratamiento delegado casi exclusivamente al productor y con agroquímicos, al Estado, con una partida específica pero destinada al uso de feromonas de confusión sexual, considerado el método más eficiente para neutralizar al insecto dañino.
La gravedad del daño que afecta a la productividad de las cepas depende directamente del nivel poblacional de la plaga. Según datos del Iscamen, brazo ejecutor en Mendoza del programa que coordina Senasa, de casi 120 mil hectáreas de viñedos en cuarentena por acción de la polilla en Mendoza, hay al menos 20.000 con daños del 5% al 80%, y 800 con daños severos. Lo que es lo mismo, que darán sólo 20% o menos de la fruta que podrían dar.
“Indudablemente, la plaga marcó un quiebre en el tratamiento fitosanitario, porque el productor no está acostumbrado, y hasta que no ve el daño tampoco se preocupa por el tratamiento; así la plaga avanza y el impacto del programa es prácticamente nulo”, analiza el responsable del programa en Iscamen, Guillermo Azin.
Por eso, según el experto, la reformulación de la estrategia para combatir a Lobesia permitirá “una lucha activa a cargo del Estado”. Azin considera que el uso de feromonas es doblemente recomendable, por su eficiencia y para eliminar el riesgo de residuos tóxicos de agroquímicos, “que pueden producir un daño más grande al paralizar la comercialización del vino. Además, el costo de los análisis de detección es muy elevado”.
Los productores se preocupan por la eficiencia del programa a partir de un producto caro (la feromona cuesta U$S 222 por hectárea). Para Daniel Rodríguez, de la Asociación de Viñateros de Mendoza (AVM) “lo bueno es que se está circunscribiendo el problema. Pero es clave asegurar productos para poder combatir la polilla, porque la técnica de confusión sexual es cara y en la situación económica actual otra no hay”.
Respecto a las responsabilidades, Rodríguez señala que “es una cuestión de Estado atacarla masivamente. Pero atribuir la falta de tratamiento a los productores es no ver el estado crítico en el que están hace cuatro años”.
¿Cuándo estarán los fondos?
El proyecto de ley toma un universo superior a 100 mil hectáreas que tras la extensión de la cuarentena habrá que actualizar. Un 55% corresponde a unidades de hasta 25 hectáreas, la porción que, tal como prevé el proyecto, recibirán feromonas gratis, dentro de un presupuesto global cercano a $ 190 millones.
Aunque el Congreso convierta en ley el proyecto Pradines-Bermejo, los fondos recién podrían aplicarse al ciclo 2016-2017. La principal dificultad es que, una vez reglamentada, debe imputarse al Presupuesto nacional, pero hay otro: el cepo importador que, de no flexibilizarse, demoraría más el ingreso del producto.
El proyecto obtuvo media sanción del Senado el 15 de setiembre, con un cambio propuesto por Bermejo: la exención impositiva a la importación de feromonas.
A criterio de Pradines, “estamos todos de acuerdo en que tiene que tratarse. Está previsto pedir modificación presupuestaria al jefe de Gabinete para que se incluyan fondos para el programa. Por eso la urgencia de que salga la ley”.
Como sea, desde AVM insisten en que, con o sin ley, el Gobierno nacional garantice recursos ante lo grave de la situación. “Si saliera mañana o en tres meses sería lo mismo. La ley debió tratarse antes para llegar a tiempo, pero quedan alternativas: o llegan los fondos o nos resignamos a lo que pase”, resume Rodríguez.
Presupuesto de casi $ 200 millones y reintegros
- Entrega de feromonas: es más eficiente y elimina el riesgo de residuos tóxicos en uva y vino. Senasa lo repartirá "o bien los insumos para una técnica superadora" a productores, que tendrán que cumplir con un reintegro escalonado de su costo.
- Forma de tratamiento: según la ley, Senasa deberá asegurarse que sea "generalizada y simultánea", a partir de emisores de feromonas que se colocarán a cargo de los productores.
- Presupuesto propio: la ley obliga al Ejecutivo nacional a asignar "una partida presupuestaria especial que se adicionará a la existente para el Programa Nacional de Prevención y Erradicación de Lobesia botrana -creado por resolución Senasa 729/2010. Entre insumos, distribución y fiscalización, algo más de $ 190 millones.
- Cómo se reparte
Insumos: $ 188.700.000
Distribución: $ 1.000.000
Fiscalización: $ 1.800.000
Duración: El proyecto dice que "los productores vitivinícolas serán beneficiarios de esta ley durante los primeros cuatro (4) años de promulgada y reglamentada la misma. A partir del quinto, deberán continuar realizando las medidas de control".
- Exención impositiva: es el incentivo para la importación. Incluye derechos de importación y "demás impuestos que gravan la importación", incluido el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
- Esquema de reintegros: será gradual y según superficie de cada beneficiario. Se destinarán a comprar insumos y se prevén así:
- Hasta 25 hectáreas: la entrega será gratis durante los 4 años primeros años. Es decir, reintegros 0.
- De 25 a 75 hectáreas, progresivamente deberán respetar la siguiente escala:
8,75% en el primer año;
17,50% en el segundo
26,25% en el tercer año
35% en el último.
Más de 75 hectáreas:
12,5% en el 1er año
25% en el 2do año
37,5% en el tercer año
50% en el cuarto.