Lo vivimos como realismo mágico

Las últimas señales vertidas desde la dirigencia de nuestro fútbol hicieron de la semana un capítulo muy particular, en la cual lo “razonable” no parecía ser lo normal.

Lo vivimos como realismo mágico

Por Maxi Salgado - Editor de Más Deportes - msalgado@losandes.com.ar

Realismo mágico: “Corriente artística que presenta elementos mágicos o situaciones ilógicas, en comparación con otras”.  La Liga Mendocina hoy vive esa realidad. Un sinfín de situaciones insólitas -que en el día a día- transita nuestro fútbol vernáculo.

Dirigentes que no pagan los sueldos a sus jugadores, pero después intentan “salvar” sus finanzas cobrándoles a los periodistas para que puedan entrar a cubrir un partido (disfrazando el importe bajo el rotulo de “seguro”), es decir que hay que pagar para trabajar.

Estoy hablando del Club Atlético Palmira, cuyas autoridades mandaron un comunicado en el que se anunciaba que cada hombre de prensa que concurra al partido frente a Jorge Newbery de Villa Mercedes (por el Federal B), tiene que pagar 20 pesos. Medida que finalmente no fue aplicada en su totalidad.

Lo preocupante es que alguien piense en esas “soluciones” viables y no le busque la vuelta para solventar los honorarios del plantel. Hemos vuelto a épocas que parecían olvidadas en donde se hacían promesas que no se cumplían.

Obviamente que eso pasa porque la gente no se quiere comprometerse en la dirigencia y entonces llegan al “poder” otras que no tienen experiencia y que son aves de paso. Para ellos es como ir al casino, jugar una ficha y si les va mal, se van calladitos.

Se impone entonces un Estatuto, una resolución, una ley, algo que ponga un marco regulatorio a la actividad.

De esto tenemos ejemplos de sobra en el ámbito nacional, donde la justicia todavía intenta dilucidar donde fue a parar el dinero que llegó del Fútbol para Todos y se ha amenazado enésimas veces con mandar a las instituciones con saldo deudor al descenso, pero todo queda en la amenaza.

Con un triste final

En una de las semifinales del torneo doméstico, en el que se enfrentaban Godoy Cruz e Independiente en el Feliciano Gambarte, terminó en escándalo. Hubo jugadores del plantel de la B Nacional de Independiente Rivadavia que terminaron golpeados y hasta algunas hinchas con marcas de la inusitada violencia.

Lo llamativo es que el partido debía jugarse sólo con público local y nadie dejó en claro porque había algunos hinchas en la tribuna. Más allá de eso, no se puede entender que un espectáculo deportivo terminé de esa manera.

“Gritaron el gol”, aducen quienes quieren justificar la violencia. Cómo si hacer pública la alegría fuera delito. Godoy Cruz, que viene militando la posibilidad de volver a ser titular en el Feliciano Gambarte, sufrió así un duro revés a esas aspiraciones.

Pocos policías, puertas de salidas cerradas, denuncian los dirigentes de Independiente, a lo que la gente de Godoy Cruz dio respuestas asegurando que los involucrados serán expulsados sin socios y que si no lo son se les aplicará el derecho de admisión.

Da la sensación de que los dirigentes ven al torneo de la Liga Mendocina como una competencia de menor rango y no toman los recaudos necesarios.

La Mesa Directiva de la Liga deberá ponerse más firme en este sentido. Por lo que dicen desde la dirigencia, todo parece una interna de cara a un año electoral. Desde calle Garibaldi deberían tomar cartas en el asunto para frenar este estado de violencia.

Sólo hubo golpeados, pero podría haber habido muertos y eso no tiene marcha atrás. La pregunta es, ¿si la semifinal se definía a un solo partido, por qué no se hizo en cancha neutral?

Ello hubiera ahorrado dolores de cabeza y más teniendo en cuenta que todo el ámbito del fútbol conoce la rivalidad que hay entre Independiente y Godoy Cruz, la que se agravó desde el día que el Tomba mandó al descenso a la Lepra en el lejano 2002.

De cal y arena

La dirigencia del CEC, que el 20 de octubre tomó la decisión de retirar del torneo de la Liga a la sexta división de su club, después de que un par de padres de los jugadores agredieran a Jorge Toledo, director técnico de las inferiores de Andes Talleres.

“El fútbol se debe disfrutar”, asegura el presidente del CEC, Guillermo Pereyra, quien contó que el cambio de cancha del partido que jugaron ayer CEC y Huracán Las Heras se tomó para resguardar la seguridad y no como muchos aseguraron por una cuestión monetaria.

Esto despertó el enojo de la gente Rodeo del Medio, cuyo presidente amenazó con no presentar el equipo, aunque finalmente primó la cordura y los partidos se jugaron.

Los dirigentes deben bregar para que el fútbol no sea una cuestión de vida o muerte y que los valores que transmite el deporte se trasladen a la sociedad. Así iremos cambiando una realidad que se complica día a día.

Y para que nuestra realidad se parezca más a la del mítico Macondo, Deportivo Maipú comunicó el lunes que desafectaba a tres jugadores de su plantel del Federal A: Gómez, Aveska y Sanfilippo, pero sorpresivamente dos días después, Agustín Sanfilippo fue titular en el partido frente a Unión de Villa Krause, un hecho inédito. Aunque la verdad que las idas y vueltas en el Cruzado ya no sorprenden a nadie.

Cómo tampoco sorprende que en la AFA sigan dando vueltas para resolver la situación de emergencia en la que se vive desde hace un tiempo. Y como todos sabemos, si la cabeza no funciona, imposible pedirle salud al resto del cuerpo. Todo para abajo está de mal en peor.

Por ahora, las situaciones parecen irrisibles y habrá que esperar, seguramente no mucho hasta que una nueva serie de eventos desafortunados vuelvan a hacerse presente para escribir un nuevo capítulo.

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