"No sufrió", dijo escuetamente Ángel Hernández tras ser liberado por un tribunal de Madrid. Se refiere a su esposa, María José Carrasco, de 61 años, que fue diagnosticada con esclerosis múltiple hace tres décadas y que llevaba años pidiéndole que la ayudara a morir. Él grabó en video los últimos días de vida de su esposa.
El caso avivó un debate sobre el suicidio asistido, que es ilegal en España.
"Podría haberlo hecho clandestinamente. Discutí con mi esposa por esto, ella era secretaria judicial y sabía lo que podía pasarme. Pero la convencí de que era importante que esto trascendiera, ya no por ella, sino por la gente que se quedaba", señaló el hombre al diario El País.
"Los policías se portaron muy bien. Me decían que 'es la ley', pero que ellos habrían hecho lo mismo. Sí, es la ley, pero está equivocada, se tendría que haber solucionado hace tiempo", añadió.
"Declaré que todo lo hice por mi mujer", señaló Hernández.
María José Carrasco estaba en una fase terminal de la enfermedad y él reconoció que la ayudó a suicidarse. No explicó la razón por la cual lo dejaron en libertad. La investigación judicial sigue abierta.
"Yo no quiero ser protagonista de nada, esto me está alterando, pero el tema tiene que salir para que se apruebe la ley de eutanasia, para que no sea un familiar quien dé un fármaco o que deba hacerlo una tercera persona y la familia deba salir de la casa para no meterse en problemas legales", agregó.
En España hay una creciente demanda social para que se legalice la eutanasia y una encuesta del organismo estatal CIS apuntó que el 70% de los españoles están de acuerdo en regularla.
Pero el proyecto de ley presentado por el Partido Socialista el pasado año está bloqueado, debido a que tanto el conservador Partido Popular (PP), como Ciudadanos (C's, liberal) solicitan continuamente la ampliación del plazo de enmiendas.
La propuesta socialista contempla el "final anticipado de la vida con el objetivo de evitar alargar el sufrimiento" de personas con enfermedad grave e incurable o discapacidad crónica que implique un gran padecimiento.
El pasado febrero, dos familias que sufrieron esa situación entregaron en el Congreso 280 mil firmas a favor de la legalización de la eutanasia.
Hernández explicó porqué decidió filmar las últimas horas de su mujer enferma. "Con el video quería mostrar el sufrimiento, no es lo mismo verlo que contarlo. Este problema existe. Más del 80 por ciento de los españoles quieren que se regule la eutanasia. Es algo transversal. No hay absolutamente ningún partido político, de entre todos los partidos, que no tenga a alguien inmerso en este problema. En todos tiene que haber alguien como estaba mi mujer. ¿Cómo van a estar en contra?", se preguntó.
"No se va a aplicar a todo el mundo, indiscriminadamente, sino que se regulará. Y se hará para quien lo necesite y quiera, porque así lo manifieste. Si un médico es objetor no tiene por qué hacerlo. Pero debe llevarlo a cabo un profesional. Yo no sabía cómo iba a resultar, no tenía ni idea de lo que le iba a suponer a mi mujer. Si iba a sufrir o no", admitió.
Hernández contó que su esposa temía por él y que le había advertido que podrían acusarlo de homicidio o incluso de violencia machista. Para él era imporante dar la cara para poner la eutanasia sobre la mesa. Ahora debe aguardar qué le imputa la Justicia. "Puede pedir de todo. Puede ser que considere que no deben eximirme de prisión. Si piden dos años, por ejemplo, al haber reconocido los hechos, no iría a la cárcel. Pero tampoco me preocupa mucho. Lo que me preocupaba era que mi mujer sufriera. Y eso se acabó", cerró Hernández, quien recibió el respaldo de numerosas organizaciones a favor del llamado "derecho a una muerte digna".
Fernando Marín, vicepresidente de la Asociación Derecho a Morir con Dignidad, dijo que Carrasco estaba sufriendo y estaba cansada de esperar que se aprobara una ley de eutanasia.
“Hay muchas personas que están esperando a que se regule su derecho a morir y es una irresponsabilidad no hacerlo porque es ir en contra de su voluntad”, dijo.
La posición de la Iglesia tras la historia de Hernández
El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello, mostró la oposición de la Iglesia católica a la "muerte provocada", sobre el caso de Ángel Hernández, el hombre que ayudó a su mujer enferma de esclerosis múltiple en fase terminal a morir, aunque aseguró que no piensan en la "cárcel" para él.
"Nosotros pensamos que la muerte provocada nunca es la solución a los conflictos, ni en caso de aborto ni en el caso de la eutanasia ni en otros casos más de la vida ordinaria en que la muerte es consentida, como tantas personas que mueren en el Mediterráneo", subrayó Argüello durante la rueda de prensa posterior a la Asamblea Plenaria de la CEE.
En cualquier caso, expresó su “pésame” a la familia ante esta situación “dramática”.
"No estoy hablando, Dios me libre, de pensar en la cárcel para nadie en este caso, pero sí en la necesidad de que implementemos un apoyo a todo lo que no sea que la muerte sea la solución para los problemas", precisó.
Para el portavoz de los obispos, se trata de un caso de "excepcional carga emocional" que plantea en "la campaña electoral la puesta en marcha de una ley" sobre eutanasia. Si bien, insistió en que "la muerte provocada no es la solución" y propuso apostar, en su lugar, por los cuidados paliativos.
Para Pablo Iglesias, la detención fue “indecente”
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, calificó de "indecente" que se detuviera a Ángel Hernández porque lo que hizo fue un acto de "humanidad". "Ya está bien de convertir en un espectáculo algo que tiene que ver con la dignidad humana. Es indecente que en este país alguien pueda ser detenido e ir a la cárcel por un acto de humanidad al que creo que todos deberíamos tener derecho", dijo. Además, Iglesias pidió que los partidos polítocos españoles dejen de lado la "hipocresía". "Cualquier persona en la situación de María José tiene derecho a terminar de una vez con dignidad", agregó.