Después de lo que significó el histórico triunfo frente al Cruzeiro, en Parque Patricios, Huracán viajó a Venezuela con un solo objetivo: lograr la clasificación frente al Mineros de Guayana, un equipo que llegó al último compromiso del Grupo 3, sin posibilidades de acceder a los octavos de final de la Copa Libertadores.
La presión de ir a buscar el arco opuesto y la carátula de principal protagonista, le jugaron una mala pasada al “Globo”, dado que la escasez de idas ofensivas generaba nerviosismo y los venezolanos se aprovecharon de ello. Sólo tuvieron que transcurrir 10 minutos para que Louis Peña se la picara a Marcos Díaz y Zamir Valoyes definiera ante una valla desierta. La prematura conquista local auguraba un futuro oscuro en la entidad porteña.
A pesar de las buenas intenciones de Patricio Toranzo, la excesiva individualidad de Edson Puch atentaba contra los deseos quemeros. Además, a Alejandro Romero Gamarra le faltaba gravitar y a Ramón Ábila no le llegaba ninguna pelota limpia.
Sin dudas, los argentinos animaban un desconcierto. Las lágrimas de los jugadores reflejaron su impotencia. Huracán se convirtió en el primer elenco argentino eliminado, dado que los brasileños y Universitario de Sucre consiguieron el boleto al play off. Por cómo se habían dado las circunstancias, no habrá consuelo para un Globo que no supo estar a la altura.
