Lo que representa nuestra Vendimia

Los festejos vendimiales significan un encuentro tan bello como profundo con la cultura de nuestra provincia.

Lo que representa nuestra Vendimia
Lo que representa nuestra Vendimia

Los mendocinos ya conocemos desde anoche a la nueva Reina Nacional de la Vendimia, la joven soberana que durante un año tendrá como principal misión representar la cultura del trabajo de la tierra que históricamente ha caracterizado a los habitantes de estas tierras. Se trata de una suerte de embajadora, en el país y el exterior, de la industria madre local, la vitivinicultura.

Quienes llegan cada año a nuestra provincia para disfrutar de la Fiesta de la Vendimia y acompañarnos en nuestros días festivos, deben saber que el fervor que perciben en las calles y en el majestuoso Teatro Griego surge del orgullo innato de los mendocinos por el fruto del esfuerzo de cada día del año, expresado en la vid y el vino y, justo es destacarlo, en otras numerosas actividades agroindustriales que fortalecen a la economía provincial y la proyectan al mundo.

Esta fiesta que nos reúne durante varios días a mendocinos y turistas surgió en 1936 ante la decisión política de fomentar a la industria del vino en el resto del país y en el exterior.

¿Y por qué Mendoza es sinónimo de esfuerzo? Porque detrás de nuestro ambiente benévolo están siempre al acecho los embates climáticos, propios de esta zona semidesértica, que obligan al hombre de campo mendocino a estar preparado permanentemente para sobreponerse a las circunstancias adversas.

Las tormentas graniceras, en el verano, y las grandes heladas, en especial las tardías, confrontan con el espíritu laboral de quienes habitan esta provincia.

Por otra parte, el verde que adorna nuestros oasis irrigados es producto del cuidado del agua como recurso indispensable aquí, otro sello distintivo de los mendocinos. Sin ese apego al cuidado del recurso hídrico hoy Mendoza sería un desolado desierto.

A dichas circunstancias, además, hay que sumar el siempre latente riesgo sísmico, que a fuerza de golpes, muy duros históricamente, ha permitido ir desarrollando en la provincia una arquitectura sismorresistente que permite atenuar los efectos de los eventos telúricos.

Por ello, la gran puesta en escena que ayer se presenció en el Frank Romero Day es el festejo de un año de esfuerzo, haya sido o no provechoso desde el punto de vista económico el año transcurrido. Para Mendoza y sus hijos nada resulta fácil y el trabajo es considerado el capital más preciado.

Finalmente, esta Fiesta Nacional de la Vendimia 2017 nos debe servir a los mendocinos para detenernos a valorar y premiar el esfuerzo de quienes con su labor mantienen activa a la provincia.

Que ese orgullo innato que nos surge para esta época, cuando los turistas que llegan se maravillan y nos felicitan por nuestra cultura y nuestros logros, nos dé la fuerza necesaria para unirnos en la búsqueda de acciones beneficiosas para todos.

La Mendoza que nació y se consolidó con la vid y el vino requiere del empuje y la imaginación de todos, desde quienes conducen hasta aquellos que a diario ponen el hombro con su trabajo y su perfeccionamiento profesional.

Quienes en nuestra etapa fundacional como sociedad imaginaron una provincia pujante para estos tiempos, seguramente descontaron el aporte de generaciones de mendocinos dispuestos a retribuir sin condicionamientos aquel esfuerzo del sol a sol entre surcos y viñedos.

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