Las fibras, el calcio y los ácidos grasos Omega 3, se encuentran entre las principales carencias nutricionales de los niños.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Juan A. Maza le puso números a esta problemática. Las consecuencias de estos déficits tienen impacto en el desarrollo con altas chances de extender las consecuencias durante la adolescencia y la adultez.
Del grupo de chicos de entre 5 y 12 años que abordaron, el 90,7% tenía un consumo de fibras por debajo de lo necesario. Además 95,3% presentaba déficit en el consumo de calcio y 90,7% de fibra.
No son las únicas carencias nutricionales: la totalidad tenía un bajo consumo de potasio y vitamina D. Pero por sobre todas las cosas: ninguno alcanzó el mínimo recomendable de agua, algo en lo que los especialistas en nutrición y quienes se ocupan de la gestión pública están poniendo el foco.
"Hay chicos que nunca han tomado agua, dicen que no la conocen, sólo la usan para preparar jugo", comentó el licenciado Pablo Mezzatesta, uno de los especialistas que trabajó en el equipo. Es que han ganado terreno gaseosas y jugos.
Por otra parte aclaró que la recomendación que se hace a nivel mundial de consumo de potasio y de vitamina D es bastante elevada y en general no se cumple.
"Influencia de los hábitos alimentarios, el estado nutricional y la realización de actividad física en el estado de salud de niños escolares (5 a 12 años)" fue realizado en el centro de salud N° 15 de Dorrego, Guaymallén entre 2017 y 2018.
Otras carencias importantes que aparecieron en el estudio y también de fuerte impacto en el organismo fueron de vitamina A (67% de los evaluados), vitamina C (48,8) y hierro (25,6%).
Consecuencias
Hay que entender esto en un contexto de alta incidencia de obesidad y sobrepeso. En Mendoza, 40% de los niños en edad escolar presentan estas patologías según el programa Aprender con Salud 2017. En un año aumentó 3%. Justamente los malos hábitos alimentarios -entre otros aspectos - colaboran con este escenario. La muestra pudo identificar que el 81% consumía más sodio del recomendado, 74% superaba los valores en el consumo de azúcar y 46% el de grasas saturadas.
El consumo de fibras y omega 3 podría contrarrestar el impacto negativo de estos consumos elevados que pueden favorecer la aparición de problemas cardiovasculares y síndrome metabólico.
Por ello, ante estos resultados, el trabajo advierte sobre riesgos para la salud que pueden aparecer desde la infancia y extenderse en la adultez.
Señalan riesgo cardiovascular, de osteoporosis, diabetes, constipación y deshidratación.
Alimentos
Estas carencias están asociadas a una dieta pobre en frutas, verduras, semillas y pescados. Estos dos últimos alimentos aportan Omega 3, aceites esenciales que favorecen entre otras cosas el funcionamiento y desarrollo neuronal, impactan en todas las células del organismo y controlan el colesterol malo y protegen el aparato cardiovascular.
Las frutas y verduras aunque también las semillas son el principal aporte de fibras.
La licenciada Marisol Martínez, quien trabaja en el programa Aprender con Salud del gobierno provincial señaló que el consumo de pescado es muy bajo. "En una zona como la nuestra es muy poco frecuente el consumo de pescado, no está la costumbre, no se consigue fácil, sólo en algunos estratos consumen una vez por semana", comentó.
En esto incide no sólo la falta de hábito sino también la accesibilidad y el costo. Dijo que muy pocos escolares llegan a las 5 porciones de frutas y verduras recomendadas por día, "ni hablar de verduras crudas", subrayó.
"También hay que pensar en la variedad, hay chicos que te dicen que consumen todos los días y es siempre lo mismo: papa y tomates, tampoco aportan un espectro amplio de nutrientes", explicó.
Esto fue confirmado por el trabajo mencionado: 86% de la muestra no consume las 5 porciones de frutas y vegetales recomendados por día, el 83,7 % consume jugo en polvo en las comidas en vez de agua y el 88,4% declara consumir gaseosas todas las semanas.
En cuanto al calcio, se asocia a la pobre ingesta de lácteos.
Hay que tener en cuenta la incidencia del poder adquisitivo en la selección de alimentos.
Influencia familiar en los hábitos alimentarios
Los especialistas aseguran que es innegable la influencia del entorno en las conductas alimentarias de los niños.
"La alimentación de preescolares está influenciada por los hábitos nutricionales de sus padres. En cuanto a los escolares y adolescentes los hábitos de vida se ven profundamente modificados por una actividad central: la asistencia a la escuela. En esta etapa se consolidan muchos de los hábitos alimentarios y de actividad física así como patrones de conducta importantes para la salud y la prevención de enfermedades crónicas", advierte el informe de la Universidad Juan A. Maza.
Claves
El Omega 3 está presente sobre todo en semillas de lino, chia y nueces. En menor medida en otras semillas que deben estar molidas en el momento o masticarse.
También se encuentra en pescados, mayormente en los azules como el atún, la caballa o el salmón.
Consumir 5 porciones de frutas y verduras por día.
Estas deben ser variadas para asegurar un rico aporte.
Preferir agua para hidratarse.
Incluir el aceite de cánola en la dieta.
Realizar actividad física.