Si se acabó el sexo por la razón que sea, se ha instalado un paréntesis de inactividad. Pero el cuerpo humano está planificado para beneficiarse y gozar del sexo.
Caricias, abrazos y el orgasmo riegan el cerebro de oxitocina, dopamina y serotonina, sustancias que desencadenan las sensaciones de bienestar, autoestima, placer, calma y amor. Nos hace sentirnos bien, y una buena salud psicológica nos permite tomar buenas decisiones y vivir mejor, informó Clarín.
La psicóloga y sexóloga, Elena Crespi aseguró: "Tener relaciones sexuales saludables nos aporta bienestar y salud".
“Una sexualidad satisfactoria supone un beneficio para la salud, por lo tanto es muy importante que los profesionales de la salud promovamos la sexualidad de nuestros pacientes en cualquier etapa de su vida”, añadió Stefanie Redón Fitzl, ginecóloga y sexóloga.
Y aunque el cuerpo se adapta a las circunstancias, varios estudios señalan que se producen cambios con la ausencia de sexo.
Por un lado, "dejar de tener relaciones sexuales puede aportar cierta apatía en esta esfera de nuestra vida, por lo tanto, cuanto menos sexo tengamos, menos deseo se despierta", advierte Crespi.
Algunas de las transformaciones son consecuencia de la no secreción de felicidad que genera el contacto humano. Por ello, se ha demostrado que sube el nivel de estrés. Esta tensión se traduce en un aumento de la presión sanguínea y del cortisol, hormona que se libera como consecuencia del agobio y la angustia. Y responsable, también, de aumentar el nivel de azúcar en sangre y de suprimir el sistema inmunológico, entre otras funciones.
En este sentido, quedamos más expuestos a las infecciones, también por otros motivos, como demostró un estudio al analizar los niveles de inmunoglobulina. Estos anticuerpos presentes en el plasma de la sangre defienden el organismo de virus, bacterias y hongos.
Y según la investigación, llevada a cabo en la Wilkes University (EE.UU.), gozar del sexo una o dos veces a la semana eleva hasta un 30% los niveles de inmunoglobulina, con lo que aumenta la protección del organismo.
Científicos de la Universidad de Maryland observaron que la actividad sexual en ratones mejora la producción de nuevas neuronas en el hipocampo. E investigadores de la Universidad de Konkuk (Corea del Sur) vieron que, además, las relaciones sexuales pueden "favorecer la función de la memoria de reconocimiento" y contrarrestar los efectos negativos del estrés crónico.
La ausencia de sexo también pasa factura a los genitales, tanto en hombres como en las mujeres. Ellos se exponen a la disfunción eréctil: "El coito regular protege contra el desarrollo de la disfunción eréctil entre los hombres de 55 a 75 años. Esto puede tener un impacto en la salud general y la calidad de vida", concluyó un artículo elaborado por expertos del Hospital Universitario Tampere (Finlandia), que fue publicado en The American Journal of Medicine.
La mujeres corren el riesgo de que "la vagina pierda su elasticidad por atrofia, lo que produce menor sensibilidad y dolor" en las relaciones, señala la doctora Redón Fitzl.
Por todo ello, las especialistas sostienen que es importante cuidar la vida sexual. "Tenemos que recomendar unos hábitos de vida saludables, incluyendo reducción del estrés y de la fatiga, pasar más tiempo de calidad con las parejas o mejorar la imagen corporal", sostiene la ginecóloga y sexóloga de Salud de la mujer Dexeus.