En un año de producción bastante pobre para el cine nacional, las taquillas fueron protagonistas. Aquí cuáles fueron, a nuestro caprichoso criterio, las películas que se destacaron este año.
Avengers: Endgame
Abril fue un mes duro para el fandom de internet. No tuvieron que despedirse solamente de GOT, sino también de la tetralogía de "Avengers". El último capítulo, "Endgame", congregó a tantas multitudes a las salas del mundo que recaudó $2.790 mil millones de dólares. Así se convirtió en la película más taquillera de la historia, superando a "Avatar". La cosa es que, aunque muchos despidieron el ciclo con nostalgia, tendremos películas de Marvel para rato de todos ellos, incluyendo la Viuda Negra. Y más ahora, que Marvel tendrá los súper millonarios presupuestos de su nuevo dueño, Disney.
Dolor y gloria
Intimista, doliente, melancólica. Pedro Almodóvar se consagra con esta película, que no se parece en nada a sus anteriores filmes y que, sin embargo, los contiene a todos. El manchego vuelve a su sello más personal, después del drama "Julieta". Mezclando autobiografía con ficción (no se sabe exactamente en qué dosis), esta película es también la consagración de Antonio Banderas, quien interpreta a Salvador Mallo, alter ego del manchego. Es una de las favoritas al Oscar, aunque quizás su sutileza y su introspección le juegue en contra.
Joker
Fue uno de los fenómenos del año. Pero no solamente un fenómeno cinematográfico: ante todo, tuvo gran repercusión social. La historia de Arthur Fleck (un inolvidable Joaquin Phoenix) conmovió al mundo, por la crudeza con la que el director Todd Phillips retrató la metamorfosis desde un marginado social a un antihéroe carismático. En el fondo, es una inteligente crítica a la violencia que ejercen las instituciones sobre los ciudadanos más vulnerables.
Había una vez... en Hollywood
El crimen de Sharon Tate, en el convulsionado año 69' californiano, le sirvió a Quentin Tarantino para lanzar una gran película homenaje, 50 años después. Claro que puso todo su afán esteticista y la sangre prometida, pero llevando al espectador al límite del morbo. Leonardo DiCaprio interpreta a un actor de western en decadencia y se ganó con este filme un lugar entre las mejores actuaciones de este año. Pero además, para no defraudar a sus fans, Tarantino desplegó una banda sonora magistral.
Parasite
No pasó por los cines locales y tuvo poca repercusión en los occidentales, pero esta película fue todo un fenómeno en los cines coreanos y, además, se llevó la coronita que todos quieren: la Palma de Oro del Festival de Cannes. Y con justicia, porque es sin dudas la mejor película del año. Bong Joon-ho imprime una radiografía terrorífica, dramática y llena de sarcasmo de la desigualdad social de Corea. El título es la mejor metáfora: una historia protagonizada por seres anónimos y ocultos, que viven de otros, pero que a la vez posibilitan su existencia. Nadie que vea este fuertísimo documento social quedará indiferente.
El rey león
¿Y qué pasó con Disney? Nada muy relevante, en realidad. Ocupado más en comprar otras marcas y diseñar su propia plataforma streaming que en lanzar a las salas películas originales y sustanciosas, se volcó por seguir haciendo remakes y alguna que otra secuela. Entre las primeras destacó esta versión del clásico de 1994, pero con un diseño hiperrealista que dejó más malas críticas que aplausos: el principal problema fue intentar calcar una película que se bastaba a sí misma y era insuperable. Quedó mejor parado en "Dumbo" y en "Aladdin", dos películas que sí intentaron actualizarse al siglo XXI, con mensajes ecologistas y feministas.
La odisea de los giles
El cine argentino, atrapado entre la falta de fondos y la resistencia, dio realmente pocas películas relevantes, a contramano de los años anteriores, en los que siempre hubo joyas para mostrar al mundo. Si hubiera que elegir, en este caso, no sería entre lo mejor sino entre lo menos malo. Sale a flote así esta película coral de Sebastián Borensztein, que reunió a algunos de los mejores actores del país como Ricardo Darín, Brandoni y Llinás. Aún quiere hacerse de algunos premios internacionales, pero ya quedó afuera de la carrera hacia los Oscar 2020.
El irlandés
Ya hacia final del año, esta megaproducción de Martin Scorsese se llevó la atención de todo el mundo. No solo por quién la firma y quién la actúa (Al Pacino y Robert De Niro), sino también por su distribuidora. Producción original de Netflix, es más un gran homenaje al cine de gángsters (que Scorsese supo cultivar) que una mera película para plataformas. Su gran duración y su poder fotográfico, de hecho, desentonan con el medio para el que fue creado. El director arengó en contra de los que la cortan y la ven en celulares. Lo dicho: quiso demostrar que, si hay que salvar a la industria, hay que pelearla desde adentro del nuevo poder.
Los dos papas
Para algunos, es una firme candidata a los premios de la Academia; para otros, una ficción naif que se basa en hechos reales pero que que no ilumina en nada. Producida y distribuida por Netflix y dirigida por el brasileño Fernando Meirelles, la película cuenta los supuestos diálogos que tuvieron Benedicto XVI (Anthony Hopkins) y Francisco I (Jonathan Pryce) en la transición del papado. Los primeros destacan las actuaciones magistrales de los dos británicos; los segundos, atacan el hecho de que gran parte de la película sea una reconstrucción especulativa. Pues claro: nadie sabe realmente qué charlaron. Aún así, es una de las más exitosas del año.
Historia de un matrimonio
Estrenada a principios de diciembre sin ninguna pompa, esta película ya se ha ganado un lugar entre lo mejor del año. También producida y distribuida por Netflix, asistimos al desmoronamiento del matrimonio que interpretan estupendamente Scarlett Johansson y Adam Driver. Son dos actores de primera línea, aunque ciertamente el punto fuerte es la gran sensibilidad del director, Noah Baumbach, a quien a esta altura ya podríamos considerar como una especie de heredero de Woody Allen (sobre todo el de los inicios), en ese afán de retratar los tormentos de artistas, intelectuales y snobs newyorquinos. Algo de esto hay en esta película, pero pintado con una acuarela de actualidad que la convierte también en heredera de "Kramer vs. Kramer". Y así, terminamos un año en el que Netflix tiene todas las de ganar, como demuestran los próximos Globos de Oro, donde será el gran protagonista.