Un joven de 23 años, cuya familia denunció su desaparición desde la madrugada del lunes, fue hallado muerto en el río Paraná cerca del boliche al que había ido a bailar, informaron fuentes oficiales.
El cadáver de Carlos Orellano fue visto esta tarde por una mujer que dio aviso a la Policía, que a la vez notificó a Prefectura Naval Argentina (PNA).
El cuerpo apareció flotando frente al complejo llamado "La Fluvial", adonde había concurrido a bailar la noche del domingo, la última vez que fue visto con vida por sus amigos.
Su padre, Edgardo Orellano, confirmó la identificación del cuerpo encontrado como el de su hijo y señaló que no quiere que el hecho “quede impune”.
Al mediodía había dicho que su hijo fue echado del boliche "Ming River House" por personal de seguridad como consecuencia de haber ingresado al sector VIP sin la pulsera que lo autoriza.
"Su delito fue haber entrado al VIP sin la pulsera", aseguró Orellano padre, quien agregó: "En vez de pedirle que se retire lo empujaron de arriba, le golpean la cara contra el piso, él se enoja y ahí lo 'amansan' y lo sacan a las trompadas desde el boliche para acá".
De acuerdo al testimonio, su hijo terminó contra la baranda de la costanera, que oficia de contención para no caer al río, y ahí pasó "para el otro lado".
“Ahí no se sabe si se resbala y se cae, si lo empujan o si le pegan una trompada y cae desmayado”, dijo el hombre.
En tanto, el fiscal del caso, Patricio Saldutti, estuvo en el lugar del hallazgo y ordenó el envío del cuerpo al Instituto Médico Legal (IML) para determinar mediante una autopsia la causa de la muerte.
"No puedo dar precisiones sobre lesiones que pudiera o no pudiera tener", dijo el fiscal, quien ordenó apartar a la Policía provincial de la investigación, porque dos agentes prestaron servicios adicionales en el boliche.
Saldutti dijo que no se encontraron "rastros de sangre en el interior del boliche" aunque sí en la parte trasera del local, y que secuestró los teléfonos de los 12 patovicas, del propietario del comercio y de los dos policías adicionales.
“La gente del boliche no reconoce ningún problema esa noche”, explicó el fiscal, y señaló que secuestró las cámaras de seguridad del local y de la zona.
La familia de Orellano denunció que desde el lunes desconocían el paradero del joven, el cual había ido a bailar junto a un grupo de amigos.
Voceros de la investigación explicaron que hasta la una de la madrugada del lunes el joven tuvo actividad en su celular y luego que sus amigos publicaron fotos en el interior de la disco.
Asimismo, en la madrugada del lunes, una policía que cumplía funciones de custodia adicional, fuera del boliche, denunció al 911 que vio a un joven apoyado sobre una baranda del muelle número 3 y que en un instante, antes de poder identificarlo no lo volvió a ver, por lo que presume que pudo haberse caído.
Desde la Multisectorial contra la Violencia Institucional de Rosario, cuyos abogados acompañan a la familia Orellano, reclamaron una investigación exhaustiva para determinar cómo murió el joven.
Además, recordaron dos casos de jóvenes cuyos cuerpos aparecieron en el río tras estar desaparecidos, en uno de los cuales estuvieron imputados patovicas y policías.