Lo desmesurado y lo muy pequeño - Por María del Rosario Ramallo

Lo desmesurado y lo muy pequeño - Por María del Rosario Ramallo
Lo desmesurado y lo muy pequeño - Por María del Rosario Ramallo

Algunas veces, al describir un hecho fuera de lo común, no sabemos a qué adjetivos recurrir para nombrar lo que parece no tener una medida estándar, por exageradamente grande o por excesivamente pequeño. Lo mismo puede pasarnos para nombrar acciones no convencionales ni cotidianas. Veamos algunos ejemplos: Hizo desopilantes declaraciones. Se produjo un escándalo descomunal. Me sorprendió su mirada desorbitada. Después del robo, había quedado todo descalabrado. Había elaborado un plan descabellado. El crecimiento de la deuda fue exponencial. Experimentaba por él un amor inconmensurable. Fue un choque de mayúsculas proporciones. Cometiste un error garrafal. Realizó un esfuerzo titánico.

¿Qué quisimos decir en cada caso?

DESOPILANTE: El diccionario nos dice de este adjetivo que significa “divertido, que produce mucha risa”; la risa proviene de lo absurdo y extravagante. El vocablo se relaciona con el verbo ‘desopilar’, que equivalía a “quitar la opilación”. Nadie conoce el valor de ‘opilación’, palabra desusada en la actualidad. Este sustantivo indicaba una obstrucción en cualquiera de las vías secretoras del cuerpo; al eliminarse ese “atasco” (circunstancia señalada por el prefijo ‘des-‘), el alivio experimentado producía distensión, manifestada en risa o en relajamiento.

DESCOMUNAL: Nuevamente, el término comienza con el prefijo ‘des-‘, con valor negativo, añadido al sentido de lo normal; entonces, el valor significativo pasa a ser  “extraordinario, enorme, muy distante de lo común en su línea”.

DESORBITADA: Tal como se aprecia en el ejemplo, esta cualidad se aplica a la mirada; en efecto, su valor significativo es “dicho de los ojos, que expresan tanto dolor o asombro que parecen salirse de las órbitas”. Se relaciona con el verbo ‘desorbitar’, que no usamos a diario y que tiene dos acepciones: “sacar un cuerpo de órbita” y, en sentido figurado, “exagerar algo o concederle demasiada importancia”. Estos términos están vinculados a ‘exorbitante’ y ‘exorbitancia’; algo es ‘exorbitante’ cuando sobrepasa en mucho lo que se considera normal y razonable: Pedían por la propiedad una suma exorbitante. Asimismo ‘exorbitancia’ señala siempre un exceso que sobrepasa los límites.

DESCALABRADO: El término se relaciona con el sustantivo ‘descalabro’ y con el verbo ‘descalabrar’; un descalabro es una situación grave de desorden y descontrol,  caótica para algo o alguien: Con tantos cambios, se ha producido un descalabro social. Por su parte, el verbo ‘descalabrar’ tiene dos acepciones: la primera es “herir, sobre todo en la cabeza” y, por extensión, “causar perjuicio”, como en Esas medidas económicas han descalabrado la ya precaria situación de muchos empleados.

DESCABELLADO: Este adjetivo, si se aplica a una historia, a una idea o a un proyecto, toma el significado de “absurdo e insensato”; también, puede definirse como “que va fuera de orden, concierto o razón”: Tu descabellado plan me tomó desprevenido.

EXPONENCIAL: Este adjetivo se aplica al crecimiento “que aumenta cada vez más rápidamente”: Con la inflación que se ha desatado, es exponencial el aumento en los precios básicos. Está vinculado, en el ámbito matemático, con el sustantivo “exponente”, expresión algebraica que indica la potencia a la que se debe elevar un número o expresión.

INCONMENSURABLE: Su valor significativo es el de “enorme, que por su magnitud no puede medirse’. Es equivalente a ‘inmensurable’ (“de muy difícil medida” y “desmesurado” (“excesivo, mayor de lo común”). En todos estos adjetivos encontramos la raíz ‘mensura’/’mesura’ (“medida”): riqueza inconmensurable, temor inconmensurable, amor inconmensurable.

MAYÚSCULO: Este adjetivo puede designar “algo mayor de lo que es normal en su especie”, como en problema mayúsculo, o “algo grandísimo, enorme”: Se ha previsto una reacción mayúscula para demostrar la disconformidad.

GARRAFAL: Significa, en relación con una falta o un error, “muy grave o de mucha consideración”; por eso, se dice mentira garrafal, error garrafal.

TITÁNICO: Equivale a “desmesurado, excesivo, como de titanes”. Así, empresa titánica.

Si vamos al ámbito de lo pequeño, podremos ver ejemplos como los que se advierten en estas oraciones: El aumento es mínimo, exiguo, intrascendente. Afirman que el riesgo de explosión es ínfimo. Era un ser diminuto, de proporciones minúsculas.  Tenía una figura esmirriada, con aspecto raquítico. Se trató de una falta de nimia importancia. Es casi microscópica la dimensión de ese bichito.

Examinemos cada uno: ‘mínimo’ es, por definición, “tan pequeño en su especie que no lo hay menor ni igual”. Superlativo de ‘pequeño’, equivale a “pequeño en grado sumo”.

En cuanto a ‘exiguo’, queda equiparado a “insuficiente, escaso”: Le han quedado exiguas ganancias. En este sentido, se aproxima al valor semántico de ‘intrascendente’, que los diferentes contextos ubican como “que no tiene importancia, que pasa desapercibido, que no es significativo”: asunto intrascendente, mejora intrascendente, problema intrascendente.

Si miramos el adjetivo ‘ínfimo’, encontramos también un superlativo; en efecto, está relacionado con ‘bajo’ y queda definido, con valor enfático, como “sumamente bajo, inferior a los demás de la misma clase, en cuanto a su valor, calidad, grado o importancia”: La ayuda a los damnificados por las inundaciones ha sido ínfima.

‘Diminuto’, ‘minúsculo’ y ‘nimio’ tienen como rasgo común la pequeñez, pues sus respectivas definiciones exaltan, en el primer caso, el carácter de “excesivamente pequeño”; en el segundo, el aplicarse a entidades de muy pequeñas dimensiones o de muy poca entidad; en el tercero y en referencia a algo no material, el hecho de ser insignificante o de carecer de importancia.

Por su parte, el adjetivo ‘esmirriado’ se aplica al cuerpo que ha disminuido su volumen, ya que el significado es “flaco, extenuado, consumido”; precisamente, la falta de carne en un cuerpo flaco lleva a pensar en otro adjetivo vinculado: ‘raquítico’. Si se aplica a una persona, significará “muy delgada y débil”; si se dice de una cosa, “muy pequeña o escasa”. Así, Su extrema delgadez la hace parecer raquítica. Los árboles sin riego ni nutrientes tienen ramas raquíticas.

Finalmente, ‘microscópico’ queda definido en el diccionario como “muy pequeño, tan pequeño que únicamente se puede ver con el microscopio”: Ni se ve esa manchita: es microscópica.

Paradójicamente, encontramos el adjetivo ‘menudo’, que significa “de tamaño pequeño, insignificante, de poco valor”; sin embargo, usado coloquialmente, puede indicar que el sustantivo al que precede no es de menor importancia: ¡Menudo problema me has planteado!

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