Lo define en el Legrotaglie

La ilusión sigue intacta para Gimnasia, que se vino de Ramallo con un valioso empate bajo el brazo. Fue 0-0 con Defensores de Belgrano.

Lo define en el Legrotaglie
Lo define en el Legrotaglie

En la puerta del vestuario, cuando apenas habían pasado algunos minutos del pitazo final de Méndez Cedro, nadie dudaba del 0-0: era un gran resultado para el Lobo. Así terminó la primera final donde Gimnasia aguantó bien el gran trato de pelota que exhibió Defensores de Belgrano de Villa Ramallo, aunque es cierto que careció de profundidad para poner en riesgo la valla de  Marchiori.

Aunque el resultado final puede parecer mezquino, el Lobo no quiere dejar pasar más ocasiones para abrazarse al ascenso y por eso elaboró un plan inteligente, cerrando los caminos al gol que pudiera conseguir el elenco local. La premisa: si no se puede jugar, no hay que perder. Y los mendocinos redondearon una tarde correcta en ese sentido. Con la definición en casa, y aunque todo puede pasar en el fútbol, quedó muy bien parado para lo que viene.

Con el balón en los pies, Gimnasia no tuvo una gran tarde. Fue mucho mejor lo que hizo cuando el rival intentó atacarlo. Juntando las dos líneas de cuatro, cerró los espacios hacia atrás y apostó a lastimar en velocidad con Cucchi por un lado y Llama por el otro. ¿El local? Mucho juego en la zona media, especialmente cuando pasaba por Galvaliz o Rubén, pero no tuvo profundidad y jugó muy lejos de su real objetivo: el gol que le diera tranquilidad para seguir buscando. En ese afán por ir, casi obligado por el escenario, sufrió varias contras que pudieron costarle caro.

La primera de ellas terminó con el balón dentro del arco pero Méndez Cedro anuló el tanto de Cucchi a instancias del asistente Ferreyra. En la segunda, salvó Olivera tras remate de Pato y Becerra no pudo definir. Era de ida y vuelta en ese tramo del partido el juego y Castro elevó su remate ante la salida desesperada de Marchiori.

No hubo precisión, los nervios se llevaron las pocas ideas y el complemento fue una réplica del primero, aunque con una mayor tenencia del local. Claro que esta vez no hubo sorpresas: el Mensana cerró todas sus líneas y no pasó sobresaltos. Alaniz y Abaurre movieron el banco para refrescar la zona media y la definición quedó para el  próximo domingo, donde el Lobo deberá ser protagonista exclusivo.

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