Fidel Castro era considerado el “padrino” de los nuevos líderes

Bajo su liderazgo de nacieron Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correas. Hasta su renuncia en 2008, era el gobernante con más tiempo en el poder en el mundo.

Fidel Castro era considerado el “padrino” de los nuevos líderes

La revolución de Fidel Castro estaba muriendo lentamente... o eso parecía.

El comunismo se había derrumbado en Europa y la ayuda soviética para la isla fue cortada. La comida escaseaba. Los cortes de energía eléctrica silenciaban los televisores que normalmente sintonizaban una telenovela por las noches. Las fábricas se deterioraban en el calor tropical.

El título de un libro estadounidense parecía ser preciso: "La hora final de Castro". Era 1992.

Sin embargo, la “hora final” de Castro se convirtió en semanas, meses y finalmente años. Incluso cuando China y Vietnam abrazaron el libre mercado, Castro se aferró a sus creencias socialistas y el supuesto dinosaurio del comunismo siguió gobernando por otra década y media.

En el camino se convirtió en el padrino del resurgimiento de la izquierda en América Latina, guiando a una nueva generación de líderes: Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador.

Ningún otro líder del Tercer Mundo generó tanta hostilidad de Estados Unidos y por tanto tiempo. Castro llevó al planeta al borde de la guerra nuclear en 1962, envió decenas de miles de tropas para ayudar a gobiernos izquierdistas en África y alentó movimientos guerrilleros que lucharon en América Latina contra países respaldados por el gobierno estadounidense.

Soportó el embargo de Estados Unidos y sobrevivió a 10 presidentes estadounidenses que promovían un cambio de régimen en Cuba.

Finalmente renunció 11 meses antes de que Barack Obama llegara a la Casa Blanca, pero no por presiones de ese país sino por una grave enfermedad.

Por más que haya conservado su actitud desafiante, su poder comenzó a diluirse a mediados de 2006, cuando fue afectado por problemas gastrointestinales que casi le cuestan la vida. En aquel momento, cedió primero provisionalmente y luego de manera definitiva la jefatura de Estado a su hermano Raúl.

Se jubiló definitivamente 19 meses después, cuando Raúl pasó a ser oficialmente el presidente de Cuba. En 2011 dejó su último cargo público, el de jefe del Partido Comunista y el viernes finalmente murió.

Hasta el final, Castro fue una figura divisiva. Para muchos fue un defensor de los pobres que junto con Ernesto "Che" Guevara convirtió una violenta revolución en un ideal romántico, un símbolo de liberación que derrocó a un dictador y trajo educación y salud a las masas.

Para los exiliados que deseaban la muerte de Fidel, él personificaba un régimen represivo que encerró a opositores políticos, suprimió las libertades civiles y destruyó la economía de la isla.

Cientos de miles de cubanos comenzaron a huir al norte casi inmediatamente después de que la revolución de Castro comenzó a virar la Cuba capitalista hacia un Estado socialista, lo cual desanimó a reformistas que pensaban que sólo buscaba sacar del poder a Fulgencio Batista y restaurar la democracia.

El éxodo transformó no sólo a Cuba sino también a partes de Estados Unidos, sobre todo el sur de Florida, que se convirtió en el centro del sentimiento anticastrista. Conforme ganaron fuerza política, los exiliados cubanos se opusieron a suavizar el embargo contra la isla. Para aquellos a cuyas familias les confiscaron sus bienes, Castro no era más que un tirano.

Aunque fuera amado u odiado, no hubo duda de que Castro jugó un papel fundamental en la escena mundial durante gran parte del siglo XX, siempre desde la isla, más pequeña que Pennsylvania, y que una vez fue visto como un lugar para ir a jugar y tomar el sol.

Los "barbudos", como los rebeldes eran conocidos, marcharon triunfantes hacia La Habana días después de que Batista huyó el 1 de enero de 1959. Los Estados Unidos fueron de los primeros países en reconocer al nuevo gobierno. Sin embargo, la imagen de los insurgentes pronto se ensombreció cuando tribunales improvisados mandaron a funcionarios del antiguo régimen al pelotón de fusilamiento.

Castro se indignó por las críticas de Estados Unidos, que consideró injustas. Ese tono lo usó una y otra vez durante las siguientes décadas, convencido hasta el final de la justicia de su revolución.

El hombre que se convertiría en un símbolo global del comunismo fue el hijo de un capitalista.

Ángel Castro llegó desde la provincia española de Galicia para lugar contra la independencia cubana y se estableció en la nueva nación en 1902 como un trabajador sin tierra. Reclutó trabajadores para las compañías azucareras estadounidenses y luego compró una próspera plantación.

Décadas después, la plantación sería una de las primeras propiedades confiscadas por el gobierno de su hijo bajo un programa de reforma agraria.

Fidel Castro nació el 13 de agosto de 1926, hijo de Lina, la doncella, amante y a la postre segunda esposa de Ángel, el padre. Ambos tenían raíces en Galicia, España. Asistió a una escuela en una plantación y aprendió a cazar. Alguna vez, atendió el bar en un establecimiento de la familia, junto a la carretera.

Cuando estudiaba derecho en la Universidad de La Habana, Castro se sumergió en el ambiente de caos político que reinaba. Se unió a "grupos de acción", formados por estudiantes, que solían involucrarse en actos violentos. Fue arrestado pero nunca acusado formalmente por el asesinato del líder de otro grupo en 1948.

Se unió a los intentos por derrocar al dictador dominicano Rafael Trujillo, y participó en las protestas realizadas en Colombia tras el asesinato de un candidato presidencial en esa nación.

Luego se volvió abogado activista con ambiciones de ocupar un escaño en el Congreso de Cuba hasta que Batista organizó un golpe de Estado, el 10 de marzo de 1952, con lo que se imposibilitaron las elecciones previstas.

Fidel y Raúl Castro respondieron organizando un ataque casi suicida al cuartel Moncada en Santiago, el 26 de julio de 1953. Más de 60 de los 119 participantes en ese asalto murieron, la mayoría torturados después de su captura. Castro sobrevivió sólo gracias a que el soldado que lo apresó lo llevó a una estación policial y no a los cuarteles donde otros fueron muertos.

Castro fue encarcelado pero ganó simpatías por la respuesta sangrienta de Batista al asalto.

Liberado mediante amnistía, huyó junto con Raúl a México y comenzó a reclutar un pequeño ejército rebelde. Viajó también a la ciudad de Nueva York a fin de recaudar dinero para su causa. Entre quienes se le unieron en la Ciudad de México figuró Ernesto "Che" Guevara, un médico argentino que había atestiguado el derrocamiento de un presidente electo de Guatemala, mediante una operación encubierta por la CIA.

En 1956, Castro zarpó con 82 combatientes en el "Granma", una endeble embarcación diseñada para una docena de personas, rumbo a Cuba. Las fuerzas de Batista fueron alertadas y avistaron el barco antes de que atracara. Salvo 12, los rebeldes fueron muertos o arrestados antes de que pudieran huir a la cercana Sierra Maestra.

Pero la guerra de guerrillas contra el régimen de Batista se volvió gradualmente imparable, y culminó el 8 de enero de 1959, con el ingreso de los rebeldes a La Habana, en medio de una muchedumbre jubilosa.

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