Lo bajó de dos hondazos

Independiente venía entonado, pero se encontró con un Ferro muy efectivo y así se cortó una racha de seis partidos sin derrotas.

Lo bajó de dos hondazos

Estaba todo dado para que Independiente Rivadavia siguiera por la buena senda. Eran seis los partidos que la Lepra llevaba sin conocer la derrota y eso lo había llevado a las puertas de meterse entre los cinco que se clasifican al Reducido. Pero se encontró con otro equipo que venía por la misma senda: Ferro.

Los de Caballito fueron más efectivos y en las dos únicas llegadas claras vencieron a Servio y se quedaron con un triunfo que los mete de lleno en la pelea por estar en el quinteto final.

El partido tuvo un controlador, pero que no fue dominador: Independiente. Los de Pablo Quinteros tuvieron mayor posesión del balón, aunque carecieron de ideas para tratar de romper el orden que impuso Ferro desde el comienzo.

Sin dudas se notó la ausencia de un jugador clave como José Méndez. Nadie vestido de blanco (la Lepra usó la camiseta alternativa) supo como romper la monotonía del partido y todo se jugó a media velocidad.

Ya desde el comienzo el partido se planteó complicado para la Lepra y por eso, como en el clásico ante Gimnasia, intentó hacerse fuerte en la pelota parada, pero la suerte no estuvo de su lado.

Por la visita, Julio Mozzo y Reinaldo Alderete no brillaron pero mordieron todo lo que pasaba por ese, por esa razón no pudieron brillar los volantes leprosos, por eso se dio un partido trabado y poco lucido.

La primera jugada real de riesgo llegó cuando promediaba el primer tiempo y fue una de las pocas distracciones del fondo de Independiente, ya que cayó un centro de la derecha al corazón del área, Viscarra no llegó a despejar y la pelota le cayó un un animal de área como el “Pupi” Salmerón que fusiló al pobre de Servio.

Si Ferro estaba cómodo en la postura de anular el circuito de juego de la Lepra, todo se potenció con el gol a favor.

De todas maneras Independiente no estaba haciendo un mal partido y hasta casi lo empata en el final del partido, pero un manotazo de Limousin le sacó el gol al Flaco Imperiale, que había ganado de cabeza en las alturas.

En la segunda parte, Quinteros intentó hacer reaccionar el equipo con cambios de nombres y tácticos, ya que no espetó mucho para poner más gente arriba y defender con línea de tres.

Pero las ideas seguían brillando por su ausencia y cada vez más se apostaba a una cabeza y así casi llega el empate de Lucas Masoero, pero una pierna la despejó en la línea.

Estaba claro que Ferro iba a tener espacios y los aprovechó para estirar el marcador y terminar de noquear a los leprosos.

Se perdió y duele, pero el partido que hicieron los azules no fue malo, sólo faltaron ideas para los metros finales, quizá el cachetazo llegó en el momento justo.

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