La treta que cranearon al menos dos delincuentes terminó de la peor manera cuando, al ver frustrado un asalto y ante la resistencia de sus víctimas, asesinaron de un disparo en el tórax a un hombre de 62 años en Maipú.
A la familia Maizares la sorprendió que llamaran a la puerta minutos antes de las 23 del último viernes. Pero, como para llegar hasta allí había que atravesar un portón, pensaron que se trataba de una emergencia y abrieron, confiados.
Del otro lado, la esposa de Eulogio Maizares se encontró con dos hombres que le pidieron agua para su vehículo que, según dijeron, se había averiado. La mujer notó algo raro y, por precaución, les sugirió que sacaran el líquido de una canilla externa.
El plan de los bandidos había cambiado drásticamente así que, en sólo segundos, sacaron sus armas de fuego y encañonaron a la mujer.
El asalto, el verdadero propósito por el que habían llegado hasta la localidad de Russell, comenzaba y con él, la pesadilla de toda una familia tras el asesinato del padre de familia y abuelo de 11 nietos, que fue ultimado de un balazo en el pecho en su propia casa.
Carola Maizares tiene 30 años y es la hija de Eulogio. Lo que parecía ser otra noche tranquila de viernes con su esposo y su hijo se convirtió en el momento más duro de su vida cuando le avisaron por teléfono que se acercara a la casa de sus padres, ubicada a pocos metros, sobre calle Maza Sur al 2.100 en Russell. Al llegar, se topó con sirenas, móviles policiales y médicos. Le dijeron que habían asesinado a su papá en un intento de asalto.
El horror en primera persona
Según contó Carola a Los Andes, el episodio se desató cerca de las 23 del viernes. Los vecinos suelen tocar el portón que da a calle Maza, pero esta vez los desconocidos se metieron sin permiso y llamaron a la puerta.
A la mamá de Carola le sorprendió el llamado a ese horario, pero igualmente salió. Atendió a dos hombres que llevaban dos botellas y le pidieron agua para el vehículo en el que se trasladaban, el mismo que habían dejado estacionado a varios metros para que no fuera visto.
La mujer, no obstante, les dijo que usaran el surtidor que está en el exterior. Durante el intercambio verbal, los delincuentes le apuntaron con un arma de fuego en la cabeza, por lo que la mujer alertó a su marido, quien estaba junto a dos de sus nietos, de 12 y 16 años, viendo televisión.
Acto seguido, el hombre de 62 años se acercó al ingreso de la casa para defender a su esposa y clamó que los intrusos abandonaran su hogar. Pero no le hicieron caso.
Entonces se desató un forcejeo, en el que intervino Brian, su hijo de 20 años y hermano de Carola, a quien los asaltantes golpearon con la culata de un revólver en la cabeza y dejaron herido en el piso.
De acuerdo a la descripción aportada por fuentes policiales, la madre de Carola tomó a uno de sus nietos e ingresó a la casa para refugiarse. Luego escuchó un disparo, salió y vio a su marido tendido en el piso. Según el relato de Carola, Eulogio intentó defender la vida de su hijo y entonces recibió un disparo en el pecho.
En esa zona rural de Maipú, los vecinos viven alejados unos de otros y pocas veces se enteran de lo que sucede. Pero esta vez el estruendo superó cualquier frontera edilicia: le habían disparado en el tórax a Eulogio. Un charco de sangre comenzó a dispersarse por el piso de la humilde morada y los gritos de su mujer, su hijo y los nietos se convirtieron en lágrimas al constatar que había muerto.
Siempre según el testimonio de la hija de la víctima fatal, en medio del shock de la familia, los desconocidos huyeron a bordo del vehículo en el que habían llegado.
Hasta la tarde del sábado se supo que los homicidas no alcanzaron a robar ningún objeto y que, de acuerdo con el relato de una vecina, una mujer los esperaba en el automóvil como "campana" para escapar.
"Mi papá era un hombre muy valiente. No va a haber consuelo aunque metan presos a los asesinos. Queremos justicia, aunque siempre decimos lo mismo", comentó Carola, todavía consternada por el homicidio por el que todavía no hay detenidos.
La Policía llegó a la escena del crimen pasadas las 23 tras recibir un llamado al 911. Luego, los médicos del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC) que se sumaron a la tareas constataron el deceso de Maizares. Allí mismo asistieron a Brian Maizares, quien fue golpeado por los asaltantes. Debieron suturarle una herida en el cuero cabelludo.
En busca de los asesinos
Fuentes de la investigación aseguraron a Los Andes que por estas horas analizan las imágenes que pudieron haber captado cámaras de seguridad en la zona, a unos 300 metros de la vivienda donde ocurrió el sangriento hecho.
A ello se sumaron declaraciones de testigos directos que puedan aportar la descripción de los dos homicidas.
Los sabuesos intentarán sumar el relato de ocasionales testigos o vecinos de la zona que puedan haber visto a los agresores al llegar a la vivienda o al escapar, aunque admiten que, por tratarse de una zona oscura y alejada, el trabajo se dificulta.
Respecto al relato de la vecina de que una mujer esperaba en el vehículo a los bandidos, los investigadores por el momento lo han desestimado en el expediente y se limita a una versión que circula en el vecindario. Sólo se sabe que los asesinos de Maizares huyeron en un rodado de color blanco.