Lo absolvieron por un crimen y la Corte aceptó una apelación

En 2011 la Cuarta Cámara del Crimen decidió no condenarlo como coautor de un asesinato. El fiscal apeló y la Corte local ordenó rever el caso.

Lo absolvieron por un crimen y la Corte aceptó una apelación

Un joven que, en 2010, participó de un brutal homicidio manejando el auto en que se movilizó el asesino, se sentó ayer por segunda vez en el banquillo de los acusados, luego de haber sido absuelto por el mismo crimen en 2011.

Ayer, por orden directa de la Corte provincial, en la Quinta Cámara del Crimen comenzó un nuevo juicio contra Lucas "Luquita" Diego Rosales (25), quien está imputado como coautor del homicidio de Pablo Rivas (20). Rivas -hijo de un comerciante de la Sexta Sección de Ciudad- fue asesinado luego de que Germán "El Topo" Encinas (27) le diera 10 balazos.

Actualmente Encinas se encuentra cumpliendo una condena de 17 años por este crimen, que tuvo como móvil una relación triangular: Rivas salía con una joven del barrio San Martín que era la pareja de Encinas.

Ayer por la mañana Rosales llegó hasta la sala de debates -está en libertad ya que fue absuelto- y, tras iniciarse el debate, optó por no declarar.
Sí lo hizo su madre, quien le dijo al tribunal que se enteró del problema que tenían Encinas y Rivas después que se cometiera el crimen.

Esta fue la respuesta que le dio la mujer a Fernando Guzzo, el mismo fiscal de cámara que, en el primer juicio, pidió para Rosales una pena de 16 años de cárcel, que no fue tenida en cuenta en aquella ocasión por los jueces de la Cuarta Cámara del Crimen, que se inclinaron por la absolución. Por ello, Guzzo presentó una apelación y la Corte le dio la razón.

Un tiroteo en Guaymallén
En la noche del 11 de marzo de 2010, Rivas llegó a la plaza del barrio Nueva Esperanza, en Guaymallén, para encontrarse con su amigo de toda la vida:  "El Topo" Encinas. Rivas fue con un amigo en un VW Gol.

Minutos más tarde, después de un intercambio de mensajes de texto, apareció un Falcon con cinco ocupantes y se estacionó al lado del Gol. Encinas y otro de los ocupantes del Falcon descargaron más de quince balazos sobre el vehículo.

Rivas recibió diez disparos y murió allí; el acompañante recibió cinco y salvó su  vida milagrosamente.

Los SMS que se habían cruzado la víctima y el  victimario fueron claves para buscar a Encinas y encarcelarlo.

También los mensajes que Rivas intercambió con la mujer de Encinas. El debate continuará la semana que viene.

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