Lluvias reviven una laguna de Alvear

Es la de El Trapal, que se había secado hace muchos años. La comuna encara un ambicioso plan para recuperarla y preservarla.

Lluvias reviven una laguna de Alvear

Un programa de recuperación de una de las reservas naturales de General Alvear ubicada al sur de la cabecera departamental está en marcha. Es el lugar conocido como El Trapal, sitio utilizado para recreación hasta que la crisis hídrica afectó su estructura convirtiéndolo prácticamente en un desierto. Hoy, el agua ha regresado gracias a las copiosas lluvias de la temporada.

Severamente afectados por los vaivenes climáticos de las últimas décadas que permitieron el avance de la desertificación y el incremento de las temperaturas en una suerte de combo dañino con la mano del hombre, principalmente a través de la construcción del Canal Marginal del Atuel y la consecuente falta de alimentación de las napas subterráneas, gran parte de los humedales y espejos de agua del departamento disminuyeron a niveles críticos y en algunos casos prácticamente se extinguieron.

Dos de estos sitios emblemáticos fueron las lagunas del Pique Club y la reserva natural El Trapal, ambos espacios característicos de los veranos alvearenses y parte fundamental de la adolescencia de varias generaciones que los disfrutaron nadando, pescando pejerreyes e incluso hasta practicando deportes acuáticos durante los años generosos en caudal.

Las constantes y agresivas modificaciones al ecosistema de la región dejaron sin capacidad de reacción a gobernantes y especialistas, que durante años y ante la imposibilidad (por desidia o falta de recursos) de llevar adelante acciones concretas para detener, o al menos retrasar la debacle, directamente prefirieron mirar hacia otro lado, ocupados en cuestiones coyunturales.

La comunidad tampoco reclamó la pérdida de sus espacios recreativos naturales. Resignada, simplemente vio secarse las lagunas hasta quedar convertidos en lechos cuarteados por el sol y sintió que era un sacrificio necesario para sostener el agro en medio de una profunda crisis hídrica como no se vivió en medio siglo en la provincia.

El regreso del agua

Pero como todos los ciclos, la vuelta de un régimen de lluvias favorable que llegó de la mano del fenómeno de El Niño permitió redimir buena parte de la alimentación de las napas freáticas por infiltración, y en consecuencia que los humedales recobraran caudal junto con el verde de los alrededores.

En este punto, la laguna del Trapal (que en realidad son tres brazos interconectados) llegó a alcanzar una cota de casi 2 metros el año pasado, y aunque un voraz incendio provocado en setiembre consumió parte de su extensión, volvió a mostrar un panorama favorable para convertirse a futuro en uno de los espacios naturales, turísticos y de esparcimiento más importantes del departamento.

La reserva natural comprende 143 hectáreas y se ubica 9 kilómetros al sur de la ciudad, sobre la margen izquierda de la ruta 143.

El predio fue donado a la comuna en 1985 por un particular, Enrique Mesri, con la condición de que se destinara a ser un espacio gratuito para la comunidad. Nueve años más tarde fue declarado reserva natural municipal por el Concejo Deliberante y ese fue el puntapié inicial para comenzar los trabajos de investigación por parte de biólogos y ambientalistas.

Si bien nunca contó con una infraestructura de alto vuelo, durante algunos años se realizaron tareas de mantenimiento y la zona fue muy visitada por vecinos y turistas hasta que comenzó a deteriorarse y cayó en el olvido.

Por ese motivo y aprovechando el viento a favor de las lluvias, las nuevas autoridades a cargo de Gestión Ambiental del municipio encararon un estudio profundo y detallado de las condiciones y posibilidades de desarrollo de la zona, que se pretende recuperar en forma integral.

En ese marco presentaron la última semana un ambicioso plan de gestión elaborado en conjunto con una consultora y que contempla el inicio de los trabajos a partir de febrero.

“Son las directrices de cómo debe intervenirse en la zona con un sistema de bucle o espiral abierto. No se han definido montos ni plazos porque el sistema se va perfeccionando a medida que avanzan los trabajos”, explicó el titular del área ambiental, Carlos Pía, y agregó que “se trata de un proyecto a largo plazo que se va a desarrollar junto con multiplicidad de entidades estatales e intermedias”, además de posibilitar la obtención de los recursos económicos a través de fondos provinciales y nacionales.

Si bien la prioridad que encarará el municipio será la demarcación de las picadas y el cierre perimetral para evitar nuevos siniestros, la propuesta prevé la creación de una zona de parque de al menos 3 hectáreas (emplazada en la zona afectada por el último incendio) con senderos para recorrerlos a pie o en bicicleta y con una infraestructura adaptada al medio ambiente que permita el avistaje de la fauna nativa además del paisaje.

También se incluye la reforestación con especies autóctonas, la instalación de señalética explicativa con material histórico de las comunidades aborígenes que poblaron la región o la tradición ferroviaria (ya que las vías del antiguo ferrocarril Sarmiento delimitan el sector sudeste de la reserva) y el embellecimiento del espacio en su conjunto.

“Hay tres reservas naturales municipales en toda la provincia, nosotros pretendemos recuperarla como un área protegida en el marco de la ley de Ordenamiento Territorial y que sea un espacio de disfrute y esparcimiento para la familia”, señaló el intendente Walther Marcolini durante la presentación del plan de gestión.

“Los objetivos son educativos, ambientales, recreativos y turísticos. Queremos que El Trapal vuelva a ser lo que fue antes de las décadas de mala gestión y abandono”, afirmaron los responsables.

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