José Luis Toso - jtoso@losandes.com.ar
Como cierre de una temporada veraniega bastante accidentada (incendio en el ECA, caída de la grúa en el Teatro Griego, etc), la tormenta del martes (tormenta de verano al fin pese a haberse producido ya en época otoñal) generó intranquilidad y preocupación inicialmente pero al final hubo alivio cuando se constató que, más allá de los innumerables daños y del lógico enojo de los damnificados por la piedra y los anegamientos, no hubo víctimas que lamentar y, como consecuencia, dolores de cabeza que combatir.
En el Gobierno esperaban para la semana un clima político tormentoso por la realización del paro cegetista pero no un imprevisto meteorológico como el que se dio.
Sí queda como advertencia una vez más la necesidad de que la inversión en obra pública se concrete como corresponde. Los últimos temporales dejaron innumerables inconvenientes en distintas zonas urbanas del Gran Mendoza y departamentos del Este. Y el de la lucha antigranizo y su grado de eficacia, es un tema cuya discusión parece no tener fin.
El paro a medias
Después de tanta expectativa, el paro del jueves debe haber transmitido alivio a Cornejo. El acatamiento a la medida de fuerza en la provincia fue bastante bajo y el interés de muchísima gente de no alterar sus actividades diarias contrarrestó el dolor de cabeza que siempre supone el no funcionamiento normal de los colectivos.
La presencia de estatales, municipales y docentes en sus puestos de trabajo, también constituyó un logro para el Ejecutivo. Cornejo siempre tuvo como objetivo dar una batalla contra el gremialismo estatal con el convencimiento de que de esa manera se podría comenzar a desarticular la enquistada trama de la ineficiencia del Estado.
En cuanto a la baja repercusión que tuvo la medida de fuerza en el sector privado, dirigentes gremiales vinculados a la CGT admitieron que los delegados en los distintos lugares de trabajo venían advirtiendo entre los empleados poca predisposición hacia el paro, lo que quedó confirmado con el presentismo que hubo el jueves. Por lo tanto, a tono con el planteo de la dirigencia sindical nacional de que se llevara a cabo una huelga sin ningún tipo de conflicto, esa representación sindical local decidió respetar la voluntad de los trabajadores y no presionar a favor del paro.
La mayor tensión de la jornada de huelga general se generó en las calles por la presencia de manifestantes de la izquierda y de sectores sindicales no cegetistas que, por los cortes y movilizaciones que realizaron, generaron discusiones con funcionarios municipales, policiales y judiciales. Un clásico de la escena política que en este caso derivó en multas, algún tumulto, amenazas de pedidos de desafueros, etc.
Capítulos de un año electoral
La llegada a la Legislatura del proyecto gubernamental para modificar la ley que puso en marcha las PASO a nivel provincial generó un cortocircuito del oficialismo y el PJ esperable luego de la negativa previa de la oposición a la reforma de la Constitución.
Uno de los planteos fue por la pretendida eliminación de las llamadas listas “colectoras” pero desde el radicalismo salieron a dejar en evidencia desinteligencias que subsisten dentro del principal partido de la oposición.
La pretendida anulación de ese polémico sistema electoral deja en evidencia esa situación, ya que hay en Diputados un proyecto de origen justicialista que va en sintonía con lo que ahora promueve el Gobierno, mientras que otros legisladores del peronismo salieron al cruce de la iniciativa oficial proponiendo poner límites a la cantidad de listas de adhesión.
Por eso desde la UCR califican de “simulacro de unidad” la postura adoptada días atrás por el PJ respecto de la propuesta de reforma de la Constitución provincial.
El olfato cornejista detecta todavía muchas diferencias en el seno del justicialismo y los alcances aún limitados de una conducción no muy sencilla para un partido golpeado por muchas derrotas electorales y por una suerte de acefalía prolongada en cuanto al liderazgo fuerte que tradicionalmente ha caracterizado al peronismo.
Realmente, el “festival” de boletas que significó la elección de 2015 en las primarias de varios departamentos hace más que justificable una corrección en ese sentido. Podrá objetarse algún tipo de oportunismo en la presentación del proyecto actualmente por parte del Ejecutivo, pero aquella escandalosa situación que se vivió en el cuarto oscuro generó en ese momento la queja no sólo de la gente a la hora de votar, sino hasta de la autoridad electoral provincial, que recomendó una iniciativa correctora del sistema implementado lo que, de algún modo, representa el proyecto ahora en discusión.
Es que el calendario electoral no es un asunto menor en este momento. El Gobierno sabe bien que el grado de confianza de la ciudadanía en la gestión provincial se mantiene elevado y que la imagen y el nivel de aceptación de Alfredo Cornejo continúa siendo importante a pesar del desgaste de 16 meses de gestión conviviendo con la economía a media máquina y solucionando urgencias financieras de todo tipo derivadas de la administración anterior (ver página 6A).
Además, Cornejo y su equipo tienen en cuenta que la movilización del 1A y la relativa adhesión al paro nacional de la CGT (a pesar de que la falta de transporte hizo que se sintiera la medida de fuerza en la gran urbe metropolitana nacional y otros puntos del país) otorgaron a la administración macrista un aval muy importante y un margen de tiempo para acomodar las cargas más que interesante. Pero también se sabe que, en medio del fragor de un año electoral clave, ese crédito renovado puede ir acotándose en la medida en que el humor ciudadano retroceda como consecuencia de la falta de respuestas a la demanda social que subsiste por los precios altos y las tarifas de servicios públicos sinceradas desde el Gobierno, pero siempre dolorosas para el bolsillo.
Un vistazo a distancia de la situación nacional para evitar que cualquier desequilibrio altere los planes locales.