El Palacio Judicial de San Martín, un enorme edificio de cuatro pisos inaugurado hace menos de un año ha mostrado, durante las últimas tormentas, graves falencias en la impermeabilidad de sus techos y ventanas, y tanta agua entró a las oficinas que la delegación de la Corte decidió suspender la mudanza del fuero Penal, que debía ocupar el último de los pisos, a partir de mayo.
"Se llovió todo y hubo muchos problemas, especialmente en el cuarto piso y también en los subsuelos que quedaron inundados", comentaron desde la delegación de la Corte en San Martín y agregaron: "Entró tanta agua que se dañaron los muebles, algunos equipos y también se mojaron parte de los expedientes".
En abril de 2013 y luego de seis largos años de trabajos y de una inversión de 135 millones de pesos se inauguró en San Martín, la primera etapa del Palacio Judicial de la zona Este, un edificio de cuatro plantas y 8.600 metros cuadrados ubicado en el corazón del barrio del Círculo Médico.
A partir de allí comenzó a mudarse la mayoría de las dependencias y juzgados que hasta entonces, funcionaban repartidos en una veintena de locales alquilados. Así y con el paso de los meses, el nuevo edificio se fue llenando de actividad: la planta baja es de atención del público; en el primer piso funcionan las cuatro salas de debate; en el segundo está la justicia Civil y Laboral; en el tercero la de Familia y en el último, la justicia Penal, el único fuero que hasta el momento no se ha mudado y que luego de diversas postergaciones, tenía previsto hacerlo el 5 de mayo.
Pero lo cierto es que tampoco en esa fecha la Justicia Penal se mudará al Palacio de Justicia y esta vez, por culpa de que el edificio se llueve, lo que ha llevado problemas al cuarto piso y también a los subsuelos. "Ha entrado agua por todos lados, incluso por algunas ventanas fijas", explicó el juez Salvador Arnal, delegado de la Corte y siguió: "El agua dañó muebles, expedientes y se inundó todo el subsuelo. La verdad es que entraba agua por todas partes, en mi oficina, para darle un ejemplo, salía agua por el foco".
El agua de las dos tormentas se filtró no sólo por techos y ventanas sino también que terminó recorriendo parte de las tuberías del cableado eléctrico e incluso, llegó a inundar parte de los baños. Afortunadamente, en ningún momento se cortó la corriente eléctrica, porque lo cierto es que los generadores propios con que cuenta el edificio, tampoco podrían haber funcionado por falta de combustible.
Estos problemas estructurales que surgen ahora, como resultado de las copiosas lluvias, se suman a la escasez de personal con que cuenta el edificio y que afecta a todas las áreas, desde la maestranza y la seguridad hasta los cargos administrativos. "Si este edificio judicial, que fue presentado como el más moderno del país hubiese sido construido en la primera circunscripción, probablemente tendría personal y recursos necesarios para funcionar, pero está en la zona Este y entonces le falta presupuesto: es un gigante con pies de barro", coinciden jueces y abogados.
Según explicaron en la delegación de la Corte, la obra todavía está en garantía y Ceosa, la empresa constructora del edificio debería responder por los problemas de goteras y filtraciones. "Tuvimos reunión con gente de Proyectos y de Mantenimiento de la Corte, también con inspectores de Ministerio de Obras y todos han visto los problemas que mostró la lluvia", explicó Arnal y cerró: "Ahora he pedido una reunión con el presidente de la Corte, para explicarle la situación y que la empresa que se haga cargo de los problemas que tienen los techos".
