Los primeros dientes empiezan a salir entre los cinco y nueve meses, y generalmente manifiestan distintos síntomas que producen mucha molestia. Cuando el pequeño atraviesa esta etapa, sus encías se inflaman y aumenta su sensibilidad, causándole malestar y dolor. Además, puede tener algunas líneas de fiebre, pérdida del apetito y babear más de lo habitual.
¿Cómo calmar el dolor?
Suaves masajes: con mucho cuidado y delicadeza, realizar masajes a las encías del bebé en forma circular con un dedo. Se puede hacer varias veces al día y el alivio será inmediato.
Mordillos: son especialmente recomendables aquellos que contienen líquido en su interior, para poder enfriarlos y que actúen como analgésicos. El uso de estos accesorios, a su vez, evitará que el bebé se lleve a la boca otros elementos que puedan hacerle daño.
Paños fríos: una buena opción es enfriar paños mojados para luego frotarlos suavemente en las encías o simplemente dejar que el bebé lo muerda.
Puré casero de frutas bien frío: puede resultar muy útil también pisar fruta fresca y refrigerarla en la heladera antes de dársela al bebé, ya que produce un efecto analgésico y totalmente desinflamatorio.
¿Cuándo aparecen?
- Dientes incisivos inferiores: entre los 5 y los 9 meses.
- Dientes incisivos superiores: entre los 7 y los 11 meses.
- Dientes laterales superiores: entre los 9 y 13 meses
- Dientes laterales inferiores: entre los 10 y los 16 meses.
- Primeros molares superiores e inferiores: entre los 12 y los 18 meses.
- Caninos superiores e inferiores: entre los 18 y los 24 meses.
- Segundos molares inferiores y superiores: entre los 24 y los 30 meses.
Una vez que empiezan a salir los dientes, es aconsejable visitar a un odontopediatra para empezar a cuidar la salud bucal del bebé de manera adecuada. A su vez, es muy importante iniciar cuanto antes con la higiene de cada pieza dental, dos o tres veces al día con los elementos indicados para bebés (cepillo dedal y cepillos dentales para bebés).
Fuente: Sunstar GUM Américas