La comisaría 42 de Tartagal, Salta, se convirtió en una improvisada sala velatoria para que un hombre, preso por robo, pudiera despedir a su padre ya que las autoridades no le dieron permiso para salir.
El hecho sucedió el sábado pasado alrededor de las 23, cuando un grupo de 30 personas irrumpió pacíficamente en la dependencia policial donde dejaron un ataúd con los restos Ramón Velarde, un hombre cuyo hijo está detenido. Al lugar llegaron en flete. "Es para que pueda estar cerca de su papá en los últimos minutos, porque en la mañana lo llevamos al cementerio", argumentaron los familiares al diario La Gaceta de Salta.
Para sorpresa de todos los policías que estaban de guardia, los parientes del hombre muerto colocaron el cajón en el hall de entrada a la comisaría. Ante esta insólita situación, los uniformados llamaron al fiscal y le pidieron que dejara ir al preso al menos una hora al cementerio. La grabación que publica TN muestra a la familia en la puerta de la comisaría y cuando retiran el cajón del lugar.
A los funcionarios judiciales no les quedó más opción que acceder al pedido y dispuso que el detenido sea llevado hacia su casa para participar de la ceremonia. Fue entonces cuando los presentes volvieron a cargar el ataúd en el flete y se fueron acompañados por dos móviles policiales.