Siguiendo el olor a asado y sin un minuto de retraso, el gobernador Alfredo Cornejo llegó a la planta impresora de Los Andes para iniciar el recorrido por el lugar y tener un mano a mano exclusivo con un equipo periodístico del diario.
Ni la lluvia ni el viento fueron atenuantes para que los campeones federales del asado, Carlos Gallardo y Francisco Araya, se lucieran en la parrilla y se sacaran alguna que otra foto con Cornejo, quien se acercó a las brasas y hasta se animó, por motivación propia, a dar vuelta la carne. "Si sale mal ya sabemos de quién fue la culpa", se escuchó decir en torno a la mano ajena.
Después de la entrada, que consistió en pasteles fritos (Cornejo prefirió los de morcilla) y una copa de vino Andeluna en el quincho, la invitación fue recorrer las instalaciones y conocer la planta impresora.
“Me reservo para la carne”, fue lo que dijo cuando le ofrecieron más pasteles. Hasta ahí el Gobernador no parecía bajar la guardia y estaba atento a lo que vendría. “¿Todo eso me van a preguntar?”, se asustó cuando vio el guión que tenía en mano cada periodista.
Una vez adentro de la planta, el Gobernador siguió atentamente la explicación del proceso de producción a cargo del gerente, Elio Milone, y reconoció que era la primera vez que veía una rotativa.
Luego fue la hora del almuerzo. Su lugar en la “mesaza” fue al medio y rodeado por el equipo con el que habló durante más de dos horas y media. Fiel a su estilo, se tomó su tiempo para explayarse sobre cada tema.
“Casi no comí nada”, se lamentó cuando le retiraron el plato y le trajeron el postre, aunque tampoco tuvo mucho tiempo para probar el helado.
“¿Podrá ser un café?”, pidió ya más relajado para acompañar los pastelitos dulces, luego de una charla que en la que pasó por momentos de distensión, de anécdotas familiares y hasta por enojos y reproches. Casi a las 17, tres horas y media después de haber llegado, partió.
Su aporte al "libro de quejas" de Los Andes
El mano a mano también fue aprovechado por Cornejo para despacharse contra los medios de comunicación en general, y contra Los Andes en particular.
Es sabido que siempre los funcionarios tienen algo que decir por un titular que no le gustó, o el espacio que ocupan las noticias que les interesan.
En el caso de Cornejo, esta premisa se ve potenciada por la preocupación que le genera la trascendencia y la comunicación que puedan tener los actos de gobierno.
"Ustedes hicieron una nota chiquitita de los proyectos energéticos solares. Cuando fueron rechazados fueron en la tapa", reprochó mientras respondía sobre su mirada estratégica de la provincia.
También cuando hablaba del seguro resultado “pésimo” de la encuesta de victimización que hará la DEIE, vaticinó: “Va a ser tapa de Los Andes”.
También dejo ver su enojo al hablar del SUTE: "Me indigno cuando Los Andes titula 'los docentes en contra de Cornejo'".
Ésas son sólo algunas de las “facturas” que pasó el Gobernador por los titulares que no le gustaron, por algunas lecturas de la realidad “que pululan por los medios de comunicación” y por el espacio que ocuparon algunos temas. “La gente sólo lee titulares”, recriminó en sus momentos de mayor enojo aunque, vale decir, luego se le pasó.