Los cuatro triunfos en fila permitieron llegar hasta cuartos de final, pero no asegurar la tranquilidad. Argentina, hasta el momento, demostró ser un equipo con pretensiones de campeón sólo por momentos fugaces. Lejos estuvo de haber marcado una diferencia de juego sobre sus rivales. Inclusive, debió sufrir con adversarios que por antecedentes parecían uno o dos escalones abajo en la previa.
Es un Mundial, sí. Todo se expone, hasta la rebeldía y la determinación para cambiar un curso que viene en sentido contrario. Así, apareció Messi cuando más se lo necesitaba, y Di María; también hasta Rojo y Romero. Sin embargo, el que debe aparecer hoy, contra Bélgica, es el equipo en toda su dimensión.
La Selección tendrá la oportunidad de jugar siete partidos en esta Copa del Mundo si es que gana en el “Mané Garrincha”. Una victoria dejará al equipo en las semifinales; en éstas, si vence habrá logrado volver a jugar una final del mundo después de los 24 años que la separan de Italia'90 y, si pierde, tendrá el consuelo de regresar a Brasilia para disputar la definición por el tercer puesto.
Sabella sigue afirmado en su concepto de cómo encontrar los espacios, sin importar qué sistema táctico utilice. Probó de todo: 5-3-2. 4-3-3, 4-1-4-1 y 4-3-1-2, inclusive con variantes posicionales durante un mismo partido. En las últimas prácticas en Cidade do Galo, el entrenador rescató el 4-4-2 como el esquema que más lo satisfizo en la semana. Así, con cuatro en el fondo, Gago/Mascherano en el doble cinco, Di María por una banda y Lavezzi por la otra, Messi suelto e Higuaín en punta es como se paró el conjunto durante el breve ensayo de ayer al mediodía en el estadio.
El DT supo lanzar un mensaje entrelíneas durante el contacto con la prensa en Brasilia. Enfatizó en que “el equipo lo tengo, pero no los nombres”, haciendo hincapié en que podía haber variantes entre los titulares pero también al momento de realizar los reemplazos.
“Pachorra” quedó muy conforme con el trabajo de Palacio ante los suizos y no sería extraño que vuelva a darle minutos en cancha al atacante del Inter. Otro que también puede entrar en la consideración es Biglia, a quien se lo vio en charlas informales con distintos miembros del cuerpo técnico en los días previos; el volante de Lazio, además, jugó siete temporadas en Bélgica y conoce a varios de sus rivales.
La otra incógnita es la del “Kun” Agüero, quien volvió a entrenarse con intensidad en el cierre semanal en Belo Horizonte. El delantero de Manchester City sigue pagando el precio por haber retornado antes de lo previsto en su club, para la coronación en la Premier League. La lesión de origen muscular lo continuó acompañando en Brasil. Hoy, quizás, pueda volver a jugar algunos minutos.
El ingreso de Demichelis por Federico Fernández en la breve práctica de la víspera fue otra de las señales lanzadas por el técnico. “Micho” no juega en el seleccionado nacional desde hace dos años y medio e ingresó a la lista de los 23 casi sobre el cierre. Cuenta con el antecedente favorable de tener experiencia mundialista (Sudáfrica 2010) y de haber terminado una temporada de buen nivel en Manchester City. Además, es compañero en la defensa de Zabaleta y, curiosamente, tendrá enfrente a un viejo conocido como Kompany.
En la última línea, además, está confirmado el ingreso de Basanta por Rojo, quien fuera suspendido por acumulación de amarillas.
Bélgica, en tanto, mantuvo el puntaje ideal igual que la formación argentina, aunque en promedio tuvo performances más consistentes que el albiceleste. La "Generación Dorada" comandada por Wilmots está considerada como una de las máximas revelaciones de esta competencia, también. Esto no significa que sea un cuco ni mucho menos, pero lo cierto es que se destaca su buen pie desde el centro del campo en adelante, precisamente las zonas defensivas que mostraron grietas en el albiceleste.
Hazard es su eje natural para el armado; el referente a quien sus compañeros buscan. Witsel, De Bruyne, Fellaini y Mertens, alternativamente, se convierten en sus socios para progresar en corto. Un punta trabaja de espaldas para pivotear y estar preparado para la descarga. En defensa, Alderweireld, Van Buyten, Kompany y Vertonghen son marcadores centrales de origen, pero que se adaptan a cerrar con tres y uno suelto, o a ocupar las bandas si es que el momento así lo indica.
Argentina está frente a una la posibilidad de convertir en realidad el primero de sus objetivos: meterse entre los cuatro primeros y asegurarse los siete partidos. Viene de golpes duros desde 1994 en adelante, ya que durante estas dos décadas nunca logró superar cuartos de final. Ésta es la oportunidad. Lo marca la historia y también el presente. Y si, encima, se cuenta con el mejor jugador del mundo, nada hay que explicar...sólo demostrarlo.