Cuando se acerca el final de la Vuelta de Mendoza, el mundo del ciclismo local habla de la etapa “Reina”, el majestuoso capítulo de Montaña. El penúltimo tramo, en el seno de la cordillera, antes de la bajada de bandera final que mañana será en Las Heras.
La inmensidad de ese fastuoso universo de piedra, de la maravilla natural que impone respeto. Esa que saca a relucir lo mejor de cada pedalista será la gran protagonista desde hoy las 9.30. Cuando el pelotón inicia su marcha desde Potrerillos para llegara Las Cuevas.
Esta etapa es tan exigente porque es la más elevada del mundo. Sí, en Mendoza los ciclistas llegan al punto más elevado del planeta para disputar esta prueba de montaña, donde los esfuerzos de los ciclistas se magnifica por no claudicar. Son 3.200 metros sobre el nivel del mar que hay que transitar.
Entre otras grandes etapas podemos destacar en el Tour de Francia, con su recorrido por el Barcelone Andorre Arcalis, un techo de 2.213 mts de altura; el Giro de Italia a 2.230m, y el Cerro Colorado de San Juan a 2.672 mts.
Ahora saben por qué en Mendoza tiene la etapa “Reina”. Aquí tres equipos tienen chances de alzarse con la general. En este tramo, en el que se perfilarán los candidatos para abrazarse a la gloria, el líder de la clasificación general, Gabriel “Lobito” Brizuela (que ganó esta etapa en 2009), es uno de los principales candidatos al triunfo.
La ventaja de Brizuela en esta oportunidad es que cuenta con laderos de lujo para intentar la captura del parcial porque en sus filas figuran hombres de la talla de Luciano Montiveros, Roberto Richeze, Román Villalobos y el boliviano Gelvert Zurita.
Un verdadero arsenal con el cual deberán confrontar David Talavera, Agustín Chávez y los hermanos Alejandro y Rodrigo Durán, los hombres del Centro Empleados de Comercio que dejarán todo para darle caza al Lobito. El puntano Josué Moyano y el chileno Patricio Almonacid también son nombres que hay que tener en cuenta.