En junio del año pasado Brad Ivanchan, un soldado norteamericano de 24 años, estaba postrado en una cama luego que una bomba le destruyera sus dos piernas en Afganistán. Nueve meses después y superando todas las dificultades, hizo cumbre en el Aconcagua llevando un mensaje esperanzador.
El joven miembro de la marina estadounidense alcanzó su objetivo el martes pasado a las 17.45 luego de 22 días en los que tuvo que enfrentar las inclemencias climáticas del Coloso de América. Su hazaña fue impulsada por Tim Wayne, fundador de “The Heroes Project” y acompañada por el camarógrafo Krin Sanls y los guías mendocinos Lucas Dauria y Felipe Randis.
Por lo que comentó su mentor, su logró fue inédito: “Les preguntamos a los guardaparques y no recordaban a ninguna otra persona que haya llegado a la cima sin las dos piernas, por lo que resultó ser el primero”.
Un nuevo comienzo
Cuando Brad, oriundo de Arizona, entró al ejército de los Estados Unidos no imaginaba que su vida cambiaría para siempre. El 13 de junio de 2012, en su tercera misión en Afganistán, pisó una bomba subterránea que explotó y le dañó sus dos piernas.
“Hubo otras bombas cerca que le volaron las piernas a un compañero y mataron a otro. Fue muy fuerte porque no sabía qué iba a pasar con mi vida, pensé que nunca iba a volver a hacer las cosas de antes”, contó en su idioma natal.
Afortunadamente su primera impresión fue errónea y con mucho esfuerzo pudo salir adelante: “Me colocaron dos prótesis y al principio no las toleraba ni un minuto, pero fui de a poco y pude volver a caminar”.
Un aspecto que lo ayudó a salir adelante fue estar en contacto con otros soldados en su misma situación. “Uno va a aprendiendo de las otras personas que es posible continuar”, remarcó.
Pero la posibilidad de demostrar de lo que era capaz se le presentó cuando escuchó hablar de Tim Wayne, el creador de una organización que lleva a heridos del ejército de los Estados Unidos a escalar montañas en todo el mundo. “Conocí a un chico que había escalado con él y me dijo que era muy bueno para la recuperación. Me pareció un desafío muy grande y me entusiasmó”, relató.
Ya con la idea de hacer cumbre en el Aconcagua, en octubre del año pasado comenzó un arduo entrenamiento, que incluyó la ascensión de algunos cerros en California.
Alcanzar la cumbre
Luego de trasladarse hasta Mendoza, el pasado 14 de febrero Brad y todo el equipo partieron hacia el Parque Provincial Aconcagua.
“La primera vez que vi la montaña me pareció enorme, pero en todo momento sabía que podía hacerlo. Lo único que podía impedirlo era el mal tiempo”, recordó.
Es que una de las características principales de esta temporada ha sido el fuerte viento y la nieve que complican a los andinistas. De hecho, la travesía incluyó una escalada fallida hasta la cima de la que tuvieron que regresar para volver a intentarlo días más tarde.
Hasta que finalmente llegó el 5 de marzo y luego de 20 horas de recorrido lograron alcanzar la cumbre. “Estaba muy cansado, pero fue increíble, estaba muy muy contento. ¡Dije ‘¡yeah, lo hice!’”, narró Brad, quien estuvo apoyado a la distancia por su esposa Sarah y por sus padres.
Para él se trató de un logro que lo marcó de por vida y le permitirá seguir adelante. “A pesar de haber perdido mis piernas, puedo hacer todo lo que me propongo, ya que si pude escalar el Aconcagua, puedo hacer lo que sea”, dijo con firmeza, a la vez que remarcó que desea inspirar a otras personas con dificultades: “Si yo pude ir, nueve meses después de haber estado en el hospital, cualquiera puede”.