Tras más de 100 días en alta mar, el remero mexicano Abraham Levy concluyó ayer su travesía en solitario del Atlántico al atracar en el balneario de Cancún (este de México), una hazaña que busca promover la conservación del medio ambiente.
“Un golpe de remo a la vez en la dirección correcta, eso puede resumir mi travesía”, dijo Levy conmovido, al bajar de su embarcación
“Cascarita”, que pesa unos 180 kg y mide 6,7 m de largo por 1,3 m de ancho.
El atleta zarpó el 21 de octubre del Puerto de Palos, (España), y fue haciendo pausas durante su viaje de cerca de 9.000 km, remando 12 horas diarias que sumaron 106 días en alta mar. El remero donará parte de los fondos recaudados a una ONG ambientalista.