Llegaron los mendocinos varados

Comenzó la Jornada Mundial de la Juventud y fue con un emotivo acto en las costas de las playas de Copacabana. En medio de la multitud que cantaba y rezaba -cada uno en su idioma-, estaba envuelto en una bandera gigante el grupo de mendocinos que se hizo conocido el fin de semana pasado.

Pues en su camino hacia el encuentro con el Papa, quedaron varados en la frontera argentino-brasileña por un problema con la habilitación del vehículo que los transportaba. Sin embargo, luego de que sus padres y los amigos de su parroquia se movilizaran "muchísimo", los chicos pudieron pasar y lo contaron súper felices a Los Andes. Llegaron el lunes por la noche, son 13 peregrinos de la iglesia San Miguel Arcángel, de Las Heras, y van a participar de todas las actividades que les sea posible.
 
"Es una alegría, una emoción enorme estar acá. Me asombra mucho la diversidad de personas. Nos alegra conocer a otras culturas. Ya hasta hablamos con el acento de los brasileños así nos entienden mejor. Fue muy largo el viaje y es por eso que tengo muchas más expectativas para todo. Me intriga saber qué temáticas se van a tratar en las catequesis (que empiezan hoy), ver qué dicen los obispos del mundo en sus homilías. Así que los oídos muy abiertos, los ojos también y el corazón muy grande para recibir todo lo que Dios tenga para nosotros. Hay que estar muy atentos porque después, cuando volvamos, le tenemos que transmitir todo lo vivido a nuestros amigos que se quedaron en Mendoza", comentó feliz Facundo Videla (22).
 
Al igual que él, María de los Ángeles Búcolo (23), otra del grupo de los 13 lasherinos, reflexionó sobre lo mucho que les costó llegar a Río de Janeiro para estar en la JMJ. "Fue muy difícil llegar, pero creo que -como dice el dicho- lo que no cuesta no vale. Y por eso lo estamos viviendo con mucha más intensidad.

Es impresionante ver la cantidad de jóvenes de todo el mundo. Recién extendimos la bandera argentina sobre la arena, en la playa, y la gente se nos acercaba a felicitarnos porque somos del país del Papa. Así que estamos felices. Además, intercambiamos cosas con chicos de otros países. Recién unas mexicanas nos dieron unas pulseritas de la Virgen de Guadalupe y nosotros, unas estampitas de San Miguel", describió 'Angie', con indisimulable sonrisa que reflejaba su alegría por lo vivido y por todo lo que viene.