El fin de semana "extra largo" de Chile, sumado a la crisis social que atraviesa el país vecino, derivó en una oleada de turistas trasandinos que llegaron a Mendoza para "tomar aire" y hacer compras (algunas de productos de primera necesidad). De acuerdo a datos de Gendarmería Nacional, solo durante el jueves ingresaron por vía terrestre 6.572 personas, divididas en 1.379 vehículos particulares y 66 colectivos. En tanto, la ocupación hotelera llega al 90%.
Para tener una idea cercana de qué significa ese número, sirve hacer una comparación con lo que ocurrió el Verano pasado. Según el informe de "Estadísticas de Turismo Internacional" del Indec, en los meses de enero, febrero y marzo, ingresaron en promedio 5.738 personas por fin de semana por el Paso Cristo Redentor. Es decir que lo ocurrido este fin de semana es comparable con el movimiento que se registra en temporada alta.
Esto se debe a una sumatoria de factores. Por un lado, es imposible pasar por alto los problemas que está atravesando en Chile. Los propios turistas reconocen la necesidad de "tomar un poco de aire" a los conflictos que está atravesando su país. Por otra parte, se debe recordar que el tipo de cambio es favorable para los extranjeros que visitan Argentina. Es que la devaluación del peso impacta por igual en todas las monedas, haciendo más baratos los productos y servicios locales para quienes llegan desde el exterior.
Esto último favorece al comercio local, especialmente al sector gastronómico. Fernando Barbera, presidente de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Mendoza (Aehga), aseguró que "se ve un impacto favorable significativo en los restaurantes de la provincia", gracias a la llegada de turistas de Chile.
"Lo mismo ha ocurrido en el sector hotelero, aunque el beneficio no fue tan grande, porque muchos chilenos optan por alquilar departamentos", comentó el empresario.
De todas formas, desde el Gobierno de Mendoza informaron que la ocupación hotelera para este fin de semana llega al 90%.
El “cambio de aire”
La marcha de más de un millón de personas fue quizás la cara más visible hacia el exterior de la crisis económica y social que atraviesa Chile. Sin embargo, en el día a día la situación sigue siendo tensa. "La televisión realiza una transmisión ininterrumpida de los hechos que ocurren a diario en la calle", explica Guillermo, un mendocino que vive desde hace 22 años en Santiago de Chile. "Es una situación de tensión, de estrés que se ha mezclado con algunos saqueos y la sensación permanente de incomodidad", lamentó.
"Normalmente para estas fechas viaja gente, pero me imaginaba otra cosa. A todos nos pasó lo mismo, nadie se esperaba encontrar en una fila de ocho horas en Aduana. La gente allí decía que venía a relajarse y se encontró con esto", agregó el mendocino.
Patricia (61) mira una vidriera de artículos de outdoors en el centro; junto a tres personas más llegaron el miércoles -regresarán hoy- para disfrutar de algunos paseos. "Llegamos para descansar, por vacaciones, aprovechando el feriado largo en Chile".
"Caminar, pasear y comer", detalló Patricia sobre su plan de viaje. Pero también comentó que realizó algunas compras: "artículos de perfumería, farmacia y de cuero". Hace apenas unos segundos observaba aquella vidriera y señalaba prendas de aventura: "esa ropa es cómoda, se seca rápido, estábamos comparando precios con lo que se puede comprar allá". Omar, su compañero, destacó: "En Argentina los precios de los artículos de industria nacional son baratos, pero los de marcas internacional aún son caros".
Hasta mañana, también Antonio (56) y su familia pasearan tomando un helado. "Era una fin de semana especial y decidimos viajar a última hora. En Chile hay mucho desorden y nosotros no queríamos encontrarnos con barricadas". Mientras que al explicar sobre sus actividades agregó: "Paseamos e hicimos compras, mañana visitaremos una viña. Espero que de regreso no tengamos que esperar seis horas en Aduana".
Joselín (31) llegó el viernes y se quedará dos días, "La idea es despejarse de los problemas que estamos viviendo en Chile"; comida y paseos son parte de las actividades que diagramó para su primera visita a Mendoza. "Vinimos en un viaje familiar con mi hija y su novio, a disfrutar. La idea era salir de la situación que hay en Santiago. Somos de Peñalolén, una de las zonas afectadas por el conflicto".
Referencias al hacer escala en el aeropuerto de Santiago
Hace una semana se produjo un colapso en el aeropuerto de Santiago de Chile. Más de 95 vuelos se cancelaron y hubo 20 reprogramaciones. Hoy la situación ha vuelto a una aparente normalidad, en medio de los conflictos sociales que atraviesan ese país. "El aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago (AMB) se encuentra 100% operativo, con normalidad en la programación de vuelos, mayoría de restaurantes y locales abiertos, y servicio de transportes disponibles como buses y centropuerto, transfer y taxis oficiales", es uno de los comunicados del aeropuerto que emiten cada día en la cuenta oficial de Twitter para llevar tranquilidad a los pasajeros.
Para los argentinos hay una dificultad adicional y no relacionada con la inestabilidad chilena, sino con la propia y es que la depreciación de la moneda local provoca una pérdida constante del valor de referencia. Para poner un ejemplo, comprar agua mineral y una barra de cereal cuesta 2.690 pesos chilenos y en el resumen de cuenta bancario significan $ 237,49 argentinos.
Además, los argentinos debemos recordar que fuera de nuestras fronteras, y si no se tiene una cuenta bancaria en dólares (la extracción de dólares propios no se restringió), no se podrán extraer más de U$S 200 mensuales, producto del endurecimiento del cepo cambiario que anunció el Banco Central después de las elecciones en las que resultó ganador Alberto Fernández (Frente de Todos) por sobre Mauricio Macri (Juntos por el Cambio). / Bárbara Del Pópolo
