El Fiat Línea terminó en los boxes, faltando 11 vueltas para el banderazo. El Renault Fluence, con heridas, pudo cruzar la línea de sentencia aunque lejos de los puestos que apuntaba.
La segunda vez de Bernardo Llaver y Emmanuel Cáceres como dupla terminó en abandono. La experiencia de Julián Santero como invitado de Leonel Pernía sirvió para que el Tanito sumara puntos en función del torneo que lo tiene en la lucha.
La lluvia fue un dolor de cabeza para todos, pero más aún para los sanmartinianos del PSG16 Team. Peluche tomó las riendas de la competencia y debió recurrir al cambio de cubiertas en la tercera vuelta. Siete giros después, las complicaciones aumentaron porque el limpiaparabrisas dejó de funcionar.
“Venía con el vidrio empañado y no veía nada, por eso tuve que entrar a boxes para que lo limpiaran”, expresó el campeón de TC 2000 que volvió a la pista relegado.
En la 25ª vuelta, Llaver subió al auto que lo llevó al éxito en Oberá pero también renegó con el parabrisas. “Era imposible continuar porque no tenía visibilidad y era muy riesgoso. Queríamos terminar para sumar puntos pero no se dio; una lástima”, tiró Berni.
Por su parte, el hombre de TC Pista y Turismo Nacional debió esperar hasta el cambio de pilotos para conducir el producto del rombo que en los ensayos lo había dejado segundo. “Pernía venía con problemas porque el auto tenía una tendencia a irse de trompa”, dijo el campeón de TC Mouras.
Para la escuadra, el trabajo fue doble porque debió cambiar cinco de los seis motores (entre ellos el del tandilense) tras la clasificación sabatina. “Tenían una falla genérica y se autorizó a sustituirlos”, afirmaron. Por eso, Julián fue perdiendo terreno hasta caer del cuarto al noveno puesto.
“No quise entrar en la lucha porque la lluvia era intensa y quería llegar para que Leonel sumara puntos. Por fortuna cumplí el objetivo, pasando un fin de semana inolvidable con la gente de Renault”, sostuvo.