A pesar de que no hubo un pronunciamiento institucional, no deja de ser importante el llamado al diálogo que surgió de la Conferencia Episcopal Argentina, luego de las elecciones realizadas el 11 del actual.
Resultó evidente también que la intención fue dar a conocer, a través de los voceros de la Iglesia Católica, la preocupación de sus máximas autoridades eclesiásticas del país por la profundización del nivel de confrontación que se instaló luego de conocerse los resultados del acto electoral.
Si hubo algo que destacó a la Iglesia en las últimas elecciones, fue la prescindencia que mantuvo a lo largo de la campaña preelectoral. Una actitud que demuestra la madurez en el pensamiento de los obispos a quienes con toda seguridad no les debe haber caído muy bien la utilización, del kirchnerismo, de la figura del Papa Francisco, especialmente en la fotografía que se tomó en Brasil, cuando el Santo Padre recibió a la Presidenta de los argentinos y la primera mandataria concurrió con el candidato del Frente para la Victoria, a los efectos de empapelar luego Buenos Aires con esa toma.
O la combi que circuló por la Capital Federal transportando a los candidatos del FPV, piloteada con esa foto de la Presidenta junto al Papa y, por encima de ellos, mirando desde el cielo, a Juan Domingo Perón y a Néstor Kirchner.
Hubo un solo comunicado de la Iglesia previo a los comicios, en el que se pidió a los católicos mantener una “participación lúcida” en las elecciones, advirtiendo que “la diversidad no se opone a la unidad”. Allí se dijo que se votan ideas pero, sobre todo, a personas, pidiendo orientarse según la coherencia de los candidatos y de las propuestas que presentan.
Más aún, se convocó a los ciudadanos a participar activamente con su voto, al asegurar que se trata de un servicio que enriquece la vida de la comunidad, desde el aporte de cada argentino.
La Conferencia Episcopal volvió a reunirse después de las elecciones y, coherente con el planteo previo, evitó un pronunciamiento oficial sobre los resultados. Los veinte obispos de las comisiones clave, junto al nuncio apostólico, se reunieron en la sede episcopal para debatir un temario que contemplaba, entre otros aspectos, la Jornada Mundial de la Juventud que se realizó en Brasil, la beatificación del Cura Brochero, prevista para el 14 de setiembre, y la colecta nacional Más por Menos, que organizó Cáritas Argentina.
De todos modos y, a través de voceros, pudo conocerse que los obispos manifestaron su preocupación por el clima de “confrontación”, que se percibe en distintos sectores de la sociedad sobre el resultado de las elecciones. Destacaron que no puede aceptarse que “todo sea descalificar al otro y tratarlo como enemigo”, llamando entonces a “implementar, en forma imperiosa, el diálogo, más diálogo”.
Con ese planteo la Iglesia Católica no hizo más que reflejar el sentimiento de toda la ciudadanía, preocupada por la reacción surgida especialmente desde el Gobierno, que pareciera no escuchar ni aceptar el lenguaje de los votos y que, con sus declaraciones, se muestra dispuesto a defender su política, un aspecto válido en todo sistema democrático, siempre que esa defensa no surja de la denostación y la agresión hacia los circunstanciales adversarios, como está sucediendo.
