Literatura: beber para contarla

La Cofradía del Cuento Corto hace efectivo su segundo trabajo colectivo en formato papel. El libro es un buen reflejo de la obra de los escritores jóvenes locales más celebrados.

Literatura: beber para contarla

Los amantes de lo breve podrán contar con un nuevo título de autores locales especializados en el género. El nuevo libro de la Triple C (Cofradía del Cuento Corto),  fue presentado en la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires, y ya tuvo una experiencia previa con el público mendocino cuando hace un tiempo los autores presentaron parte de ese material en una bodega local ante un público algo inusual al esperado en esta clase de lecturas  ya que fue  ante la presencia de enólogos, turistas y bodegueros.

Algo de esto es lo que la Triple C viene haciendo desde hace unos años: salir de los espacios convencionales de la escritura a través de presentaciones y acciones en distintos formatos (blogs, redes, dispositivos), y algo de este accionar también se filtra en sus textos. En este caso el título del libro anuncia su temática y el subtítulo el procedimiento, seis autores en torno al vino y un proceso de edición que hizo que la publicación tuviera un tono tardío.

La leyenda "Cosecha tardía"  en la tapa ironiza que no por breve, el proceso deba ser rápido. Varios meses transcurrieron desde esa primera prueba de los textos en la presentación de la bodega, hasta que tomaron forma de libro para soltarle definitivamente la mano a sus autores. Hablamos con Caro Fernández, referente de la Cofradía del Cuento Corto  y del género de la microficción en Mendoza:

-¿Cómo se  escribe un libro a 12 manos?

-Pusimos como base una temática común, luego cada uno trabaja individualmente sus textos, produce, selecciona, corrige.  La idea era alcanzar los 10 textos por autor. Luego pasamos a una etapa grupal en donde todo vuelve a empezar: sugerencias, críticas, correcciones y finalmente una selección definitiva.

-¿Macedonia es actualmente el sello elegido por los microcuentistas?

-Es la editorial de Fabián Vique, que además de ser el editor es un referente dentro del género. Han editado libros como el ¡Basta! en contra de la violencia de género (reconocido en toda Latinoamérica) y es el sello que también  han elegido otros mendocinos que se dedican a la microficción como es el caso de Leandro Hidalgo (“Grado”, Buenos Aires, 2014) y de Leonardo Dolengiewich (“La buena cocina”, Buenos Aires, 2015).

-¿Cuál es la situación del género en la provincia?

-Ha ido creciendo, desde Hidalgo que fue uno de los pioneros en Mendoza, hasta la actualidad donde se organizan jornadas y talleres de perfeccionamiento. Aunque todavía creo hay cierta confusión al respecto, muchas veces raya con el chiste o el aforismo, que por ser breve no necesariamente se trata de microficción. De a poco se va conociendo más el género y crecen las publicaciones.

La CCC

La triple C (Cofradía del Cuento Corto) es un colectivo literario formado por escritores mendocinos dedicados al género del microrelato.

Publican online, organizan concursos, charlas, jornadas, talleres y actividades lúdicas de escritura. Publicaron: “Eros Gourmet”, “Tratado de Grimminología”, “Triple 6”, la antología “Triple C” (Macedonia 2012) y “Con la Literatura no se juega”. “Beber para contarla” es su publicación más reciente a la fecha.

Textuales

Maridaje por Débora Benacot

Al principio combinaban perfecto. Con los años, ella perdió la frescura de las carnes y él se fue avinagrando.

Advertencia por Caro Fernández

Cuando muera, han de enterrarme  en tierra de vides. Sobre mis huesos brotaran pámpanos de varietales finos y briosos que darán racimos jugosos, azucarados, de taninos profundos y colores fuertes. De su jugo obtendrán un vino equilibrado, seductor, único, exclusivo, que embriagará  hasta la cirrosis aguda a todos los que me ignoraron y despreciaron en vida.

Ariadna por Roque Grillo

Todo en orden. Aceite en la lámpara. Vino en el odre. El Minotauro no demoró en llegar. Traía el queso y las aceitunas.

Desenfreno por Leo Mercado

Confundido, el poeta ebrio quería beberse hasta los pájaros de las copas de los árboles.

La campanada por Juan Manuel Montes

Se dice que cuando se bebe una copa de vino,  se involucran a todos los sentidos, excepto al oído; por esta razón Pavlov habría inventado el brindis y con ello el reflejo condicionado.
Ya que todos, al oír esta dulce campanada, comenzamos a salivar.

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