La mayoría de las personas que presentan linfoma en Argentina no sabía de su existencia o sus características al momento de su diagnóstico, desconocimiento que se replica en la población en general. Tal situación interfiere en la identificación de una enfermedad en la que el diagnóstico temprano es una carta fundamental.
En Argentina, 82% de los pacientes con esta enfermedad la desconocía cuando fue diagnosticado. Es decir que sólo la conocía el 18%, por debajo de la media mundial que es de 27%. Este es el resultado de una encuesta que realizó a nivel mundial la Lymphoma Coalition, red mundial de grupos de pacientes que incluyó 69 países. Fue difundida por la organización Linfomas Argentina -a través de la cual participó el país- en el marco del Día Mundial de Concientización sobre Linfoma que se celebró el 15 de setiembre. Los especialistas reconocen la ausencia de estadísticas al respecto, por lo que la encuesta adquiere otro peso.
El linfoma es la forma más común de cáncer de sangre que se manifiesta en órganos del sistema linfático. “Junto con la leucemia y el mieloma representan la quinta causa de muerte por cáncer en el mundo”, señala la organización en un documento. Pueden identificarse dos grandes categorías: linfoma de Hodgkin y linfoma no-Hodgkin (LNH). Esta última es la forma más frecuente y afecta a cuatro de cada cinco pacientes con esta patología. Cada 90 segundos se diagnostica a una persona con LNH en el mundo y produce 200 mil muertes al año.
Desde la entidad recalcan las implicancias que tiene esta desinformación, ya que impide una consulta adecuada y a tiempo con el médico especialista; y a concientizar sobre esto apuntan sus acciones. De hecho, reconocen que tampoco los médicos clínicos o aquellos que suelen ser consultados en primera instancia están tan avezados en el reconocimiento de la enfermedad y por ende, al no identificar un problema de su especialidad, no derivan al hematólogo, que es quien tiene la formación correcta para reconocerlo y tratarlo.
Haydée González, presidenta de Linfomas Argentina, señaló que “62% de los pacientes fueron mal diagnosticados de entrada”. Es que los síntomas son difusos y comunes a otras patologías. Si este tipo de cáncer no es muy virulento, se presentarán de forma esporádica y se les restará importancia, por eso muchos cuando llegan a consultar ya están en un estadio avanzado.
Los pacientes que se detectan en una etapa temprana tienen 70% de probabilidad de supervivencia a 5 años, mientras que esa proporción desciende a 58% en estadios avanzados.
El estudio también señaló que los 3 síntomas más prevalentes exhibidos por los pacientes antes de su diagnóstico fueron ganglios inflamados (18%), fatiga (14%) y sudoración nocturna (15%).
Primero entre los jóvenes
El linfoma es el primer cáncer en incidencia en jóvenes y la tercera causa de muerte por cáncer en niños, tal cual señaló González, quien dijo que los últimos años se observa un aumento sostenido en el diagnóstico de casos.
Se desconocen a ciencia cierta las causas. Solo se ha podido asociar a ciertas condiciones, mayormente ambientales, pero no han podido ser constatadas con evidencia científica. Por otro lado, no se ha podido identificar la incidencia del factor hereditario o genético.
"Se supone que el aumento es por un factor ambiental: por el uso de pesticidas, personas que están en contacto con químicos para tratar maderas, quienes toman drogas inmunosupresoras (trasplantados) y también está relacionado con algunos virus, especialmente con el VIH", explicó González.
Para el hematólogo Valentín Labanca, el crecimiento de los casos es pequeño y se observa más en zonas rurales. Expresó que no hay una etapa de la vida en que tenga mayor incidencia, sino que puede ocurrir a cualquier edad. Sin embargo, sí cambian los tipos que pueden identificarse en cada una de ellas.
Consideró que el linfoma es más grave en mayores de 60 años porque tienen menos tolerancia a la quimioterapia y por lo tanto es más riesgoso. Por el contrario, en los jóvenes hay más posibilidades de tratamiento. Detalló además que algunos linfomas se dan solamente en niños, como una variante de la leucemia.
Por su parte, González señaló que hay algunos de crecimiento lento y otros más agresivos que provocan el rápido deterioro del organismo.
Esta enfermedad tiene consecuencias a nivel físico que fueron reportadas por los argentinos encuestados: pérdida de cabello (43%), fatiga (43%), debilidad muscular (35%), articulaciones dolorosas (33%), náuseas y vómitos (31%) y cambios en el gusto y el olfato (30%). Pero también tiene impacto a nivel emocional, los que también fueron mencionados. Incluyeron preocupación sobre cambios en el modo de relacionarse con otros (48%), cambios en la imagen corporal (34%), pérdida de la autoestima (21%), aislamiento (21%) y depresión (21%).