Alfredo Cornejo terminó la semana más tranquilo que como la transcurrió, gracias a la decisión del gobierno nacional de no aplicar el aumento extra de gas para compensar a las empresas prestadoras del servicio como consecuencia de la devaluación. La resolución del tema, repartiendo las cargas entre el Estado y las propias empresas, dejó bien colocado al radicalismo, como socio de la coalición gobernante, que una vez más alzó la voz para hacer notar en este caso la inconveniencia de una medida antipática para la gente en medio de la actual crisis económica.
Una situación semejante a la que se dio, meses atrás, con las tarifas de servicios en general. En aquella oportunidad Carrió y Cornejo se quejaron en nombre de los socios del espacio oficialista y luego la oposición armó una ley retroactiva que obligó a Macri a vetarla. El Presidente y su entorno acusaron entonces a “lilitos” y radicales de haber dado pie a la embestida del peronismo. Esta vez la sangre no llegó al río porque fue el propio gobierno nacional el que frenó la antipática iniciativa de Energía.
De todos modos, otra credencial para la presidencia partidaria de Cornejo, que desde que asumió la conducción de la centenaria UCR sacó a ésta de actitudes pasivas cuando las medidas oficiales no fueron del todo compartidas. La reciente fue otra decisión inconsulta puertas adentro de Cambiemos.
Al gobernador mendocino no le gusta mucho ya esto de las marchas y contramarchas de Macri y su equipo. “Nosotros (por los radicales) salimos bien, pero en el activo de Cambiemos esto no es bueno”, comentó más de una vez Cornejo a sus colaboradores al sacar conclusiones de la singular semana.
Los radicales siguen percibiendo problemas de coordinación en el gabinete nacional y a esa falencia atribuyen, en parte, el poco afortunado anuncio que hizo el secretario Iguacel. La corrección que luego tramitó el ministro Frigerio ante la oposición legislativa, a la que el Ejecutivo debe mantener firme de su lado para poder aprobar el Presupuesto 2019, respondió en gran medida a la iniciativa lanzada por la UCR, pese a que -aseguran voceros radicales- hasta el propio titular de Interior no estaba de acuerdo con que el Estado fuese el que se hiciera cargo de gran parte del resarcimiento a las empresas gasíferas. Pero las urgencias se impusieron a la teoría macrista.
Lo que ocurre es que el oficialismo no podía permitir que por su propia desconexión interna comenzara a fracasar el avanzado acuerdo que ya tendría para la aprobación de la pauta presupuestaria. Admiten que si bien no está organizado, el justicialismo es numeroso en el Congreso y cualquier excusa le viene bien a sus integrantes para unirse y generarle un contraste al gobierno de Macri. En definitiva, los díscolos parecen ser mayoría sobre los dialoguistas y más conciliadores con el Gobierno.
Con respecto al nuevo escándalo que le generó al oficialismo el carácter de Elisa Carrió, Cornejo y la plana mayor radical consideran que la líder de la Coalición Cívica encuentra siempre una excusa para alzar la voz cuando el motivo de la discordia está relacionado con la Justicia. La legisladora tiene reparos con Angelici y con otros interlocutores que posee Macri en el ámbito judicial. En la UCR le dan parcialmente la razón a Carrió, pero le siguen criticando “su stand up permanente”, que lleva al oficialismo en general a estar desmedidamente en todos los portales informativos.
En cuanto al encuentro radical previsto para el próximo fin de semana, la cúpula partidaria dispuso hacerlo finalmente en Buenos Aires porque la oposición había amenazado con una sesión legislativa especial por el canon extra del gas. Cornejo consideró fundamental que los legisladores de su partido priorizaran la presencia en el recinto para contrarrestar el oportunismo opositor. Además del respaldo al gobierno de Macri, que no se pone en discusión pese a los cortocircuitos por la gestión, los radicales tratarán propuestas para el Presupuesto del próximo año. En el caso de Mendoza apoyan que la exención del impuesto a los espumantes (champán) quede plasmada en la pauta presupuestaria, para no tener que depender de decretos presidenciales de siempre difícil negociación.
Pero lo más profundo parece pasar por una propuesta para que todos los jueces tributen Ganancias en el país, no solo los que ingresaron recientemente y que llegaron desde afuera del ámbito judicial. Estiman en el radicalismo que dicho tributo puede reunir unos 6 mil millones de pesos anuales, que compensarían a las provincias por la absorción del subsidio al transporte. Se trataría de otro tentador aporte para que los gobernadores den el visto bueno al proyecto sobre el que tanto se preocupa el gobierno de Macri.
Podrían quedar para más adelante otros asuntos que no hacen tanto a la marcha del gobierno nacional, sino que tienen que ver con el posicionamiento de la UCR de cara al año electoral.
En el plano local el trámite para Cornejo aparece más aliviado. Uno de sus objetivos prioritarios es completar la aprobación legislativa de los proyectos reformistas impulsados este año. El 1 de diciembre empieza la aplicación plena del nuevo Código Contravencional (de Faltas). Mientras tanto el Ejecutivo queda a la espera del debate del Procesal de Familia, el último en la serie de propuestas lanzadas.
En cuanto al paquete presupuestario, en el Gobierno son optimistas con un rápido trámite legislativo. La reprogramación de la deuda provincial y el beneficio que significa el valor del dólar en materia de regalías alientan al oficialismo a atravesar el año electoral con más optimismo que hasta ahora.
Seguramente habrá objeciones desde el PJ, que siempre es crítico con el endeudamiento provincial de la gestión de Cornejo. Ya hubo planteos el mismo día de la presentación oficial del proyecto de Presupuesto. Habrá que ver la capacidad de negociación del oficialismo para asegurar votos opositores sin depender de un quórum muy justo, como ha venido sucediendo con proyectos recientes. Ya no es cuestión de conversar con los intendentes o con los camporistas porque la estrategia del peronismo quiere basarse en la unidad.
