Desde la Proviar recordaron las líneas disponibles para la industria vitivinícola. Una de ellas es la línea de crédito Fonder, para viñateros que tengan hasta 30 hectáreas dedicadas al cultivo de la vid como actividad principal de sustentación.
El monto es de hasta $ 50.000 para inversiones como reconversión o renovación de viñedos, maquinarias, defensa contra accidentes climáticos o sistematización del riego. La tasa es de 9% y el plazo de 5 años.
Para concretar inversiones productivas también está disponible la Línea 400 del Banco de la Nación, dirigida tanto para productores como para establecimientos vitivinícolas. Esto surge de un convenio entre la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), el Banco de la Nación Argentina (BNA) y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
El monto máximo de financiación es de hasta $ 2.500.000 que incluye un 20% de capital de trabajo asociado a la inversión hasta un máximo de $ 500.000. Con el subsidio del Ministerio de Agricultura de la Nación, la tasa final queda en el 9% anual sobre saldo, con un plazo de hasta 8 años y hasta 18 meses de gracia.
Una tercera opción es el crédito del fideicomiso de capitalización, de un monto máximo de hasta $ 1.200.000 que es convertido a litros de vino (fórmula polinómica) y se devuelve a los 10 años de plazo. La devolución es al doble de litros de vino recibido y en un solo pago al décimo año. Este crédito beneficia directamente al viñatero, ya que le ofrece al pequeño productor vitivinícola la posibilidad de invertir en los eslabones de la cadena que tienen mayor crecimiento y rentabilidad.
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