En los últimos 40 días, la comuna de San Martín ha removido o sepultado bajo un metro de tierra, casi 12 millones de kilos de residuos domiciliarios, que se habían acumulado sobre un terreno de cinco hectáreas, al costado de la ruta 7, hasta convertirlo en un gran basural a cielo abierto.
El lugar, muy cerca del ingreso a la ciudad de San Martín y a metros del río Mendoza, ha sido durante tiempo, una lamentable postal del departamento, donde la quema de residuos, el trabajo informal de cirujas y niños, los olores nauseabundos y cientos de bolsas de plástico llevadas por el viento, dominaban la vista en el paso frente al terreno.
En realidad, con la limpieza del predio, la comuna está dando solución ambiental a un problema que el mismo municipio agravó a fines de 2015, cuando en medio del conflicto que existía en Rivadavia por la a postergada habilitación del depósito en Vizcacheras para los residuos de toda la región, San Martín decidió arrojar sus residuos en ese terreno, donde históricamente ha existido un pequeño basural ilegal que entonces creció rápidamente.
"En esos meses previos habíamos limpiado y cerrado el basural municipal de San Martín, como parte del proyecto de abrir un único depósito regional de residuos en Vizcacheras, pero Rivadavia no terminaba de habilitar ese lugar y así fue que nos quedamos sin espacio donde arrojar la basura que el departamento genera a diario. Por eso es que se decidió usar el predio de ruta 7", señalaron desde la comuna para justificar así la medida adoptada.
Pero a comienzos de 2016, Rivadavia habilitó el predio de Vizcacheras y desde entonces, San Martín, Junín y el mismo Rivadavia llevan allí toda su basura domiciliaria.
"Desde comienzos de año no arrojamos más residuos en el predio de ruta 7 y hace unos 40 días comenzamos a limpiar el lugar", explicó Edgardo Gargiulo, secretario de Obras de la comuna y siguió: "Tenemos guardia permanente para que nadie más arroje basura y vamos a convertir al lugar en la escombrera del departamento".
Ese predio de cinco hectáreas es en realidad un enorme pozo que en algunas zonas llega a tener hasta 15 metros de profundidad; una extensa cava en la tierra que se formó hace décadas, cuando el material del lugar se usó para la construcción de la ruta 7: "Parte de la basura que había la enterramos y al resto, lo cargamos en camiones y fue llevado a Vizcacheras; en total, casi 12 millones de kilos".
Gargiulo calcula que el trabajo de limpieza está listo en un 85%: "Lo que ahora se permite descargar allí son escombros. Mucho del material lo lleva la comuna pero también vecinos", agregó el funcionario y aseguró que por el tamaño del pozo, "hay espacio para arrojar material por casi 20 años".
La idea de fondo del municipio es cambiar la postal del departamento que significa tener un basural a cielo abierto cerca del ingreso a la ciudad. Por eso la idea de convertirlo en escombrera y además, la comuna va a cerrar el frente que da a la ruta con una triple hilera de árboles, que serán plantados en las próximas semanas. Por último, se están instalando un sistema de luminarias para el predio que ya tiene vigilancia permanente.
Sin estudio de impacto
Desde el grupo ambientalista Ciudadanos Antiplástico, que en San Martín realiza diversas acciones tendientes a la protección y cuidado del medio ambiente, ponen en dudas el proyecto de abrir la escombrera por no contar con los estudios suficientes.
"Nos parece correcto que la comuna haya decidido limpiar el basural que ella misma creó, pero transformar el lugar en una escombrera sin el estudio de impacto ambiental correspondiente podría ser un grave error", señalaron.
Según el grupo de voluntarios, que realizan operativos de limpieza de cauces y acequias por la ciudad, el terreno que la comuna quiere convertir en escombrera podría transformarse en algún momento y como consecuencia de la acumulación de material, en un tapón para el desagüe natural hacia el río Mendoza, de los terrenos ubicados más hacia el este.
"El predio está en lo que es la vaguada del río y también los terrenos del Pasip que cuando llueve decantan las aguas hacia el río. Sin un estudio del terreno, la escombrera podría ser un freno al desagüe hacia el río".
