De las dos visiones en que se aglutina el pensamiento político latinoamericano, representado por los llamados grupos de Lima (centro o centro/derecha), y de Puebla*(izquierda/progresismo); entendemos que el primero responde mejor a la representación y la gobernanza de la región, porque es el mejor interlocutor con el mundo actual.
Previo aclarar que consideramos arbitrarias y algo obsoletas aquellas categorías políticas clásicas y que la ideología no da cuenta definitiva de la realidad, sólo la utilizamos aquí con fines esquemáticos, creemos que dos poderosas razones confluyen para afirmar lo dicho más arriba.
En el grupo de Lima**, se encuentra Brasil y el mismo es una instancia intergubernamental de gobiernos democráticos en ejercicio.
La presencia de Brasil en el grupo no es menor, es determinante, es el pivote de la región, por su peso económico y demográfico. Pero además, Brasil, a través del Brics***, hace suyo parte del discurso progresista de revisión del orden mundial, por un reforzamiento del multilateralismo y de reforma de los organismos internacionales. Pero también, el coloso latinoamericano, mantiene buenos vínculos con la administración Trump, alejada de aquellos postulados.
Este es el grupo que hoy ostenta el poder, en los sentidos institucional y político y lo gestiona. Se corresponde con la mayoría de los gobiernos democráticos integrantes de la OEA. Dato no menor, atento el ocaso de otros organismos regionales como el ALBA, la Unasur y ProSur.
Sobre lo social, la “efervescencia popular” no es monocolor y unidireccional, y difícil resulta arrogarse su representación o las mayorías.
Nuestras razones no se desvirtúan, creemos, con el reposicionamiento del futuro gobierno de Argentina, el desenlace incierto en Bolivia y el desenlace previsto en las elecciones de Uruguay. No es una cuestión numérica, sino de peso relativo de los actores regionales y los condicionantes internacionales.
La comprensión de esto, motivó al futuro presidente argentino, a realizar acercamientos con el presidente Trump ara que medie con el FMI y a morigerar su inicial rechazo al acuerdo Mercosur-UE. Pero aún, la visita a México, de buena propaganda, tiene efectos relativos, por la fuerte atadura comercial y económica con Washington. El “discurso” no puede con la realidad.
La otra visión, pone énfasis, como eje compensador, en China y Rusia, pero no es claro el comportamiento internacional de estos países, por sus múltiples vínculos comerciales y económicos en general con la región y en particular con Brasil.
En síntesis, la estabilidad y desarrollo regional no pueden ser endógenos. Hoy, el Grupo de Puebla se queda en lo asambleario, en lo discursivo, claro que con un importante caudal de adherentes, pero a contrapelo del mundo actual.
*Sus composiciones son diferentes. El grupo de Lima es un foro político intergubernamental, paradiplomático. El de Puebla, es un foro político de espectro más amplio, partidos, académicos, intelectuales y asociaciones. La región cuenta con una larga tradición en este sentido, recordemos por ej. Los grupos de Contadora, de Apoyo a Contadora, de Río, etc.
**Grupo nacido de la declaración de Lima del 8.8.2017, enfocado principalmente en la "crisis venezolana" y su seguimiento.
***Consenso diplomático de economías emergentes: Brasil, Rusia, Indica, China y Sudáfrica. Reunidos en Brasilia el 14/11/19.
