"Liliana era santafesina, pero vino a nuestra provincia a vivir con sus padres cuando era muy chiquita, una nena apenas. Siempre nos impactó la anécdota de cómo quedó huérfana de su mamá en aquel barrio Minetti de Las Heras, donde transcurrió su infancia. "Yo volvía de la escuela y me recibió en la puerta. Se murió en mis brazos", nos contó en alguna de las largas y bellísimas charlas con las que nos regalaba (siempre tan generosa, tan entregada a la experiencia de encontrarse con el otro desde la vivencia íntima)", recordaba Los Andes en febrero de este año al conocerse su muerte.
Lejos de aferrarse a los traumas o las elucubraciones oscuras en torno a la muerte, Liliana se hizo luz: siempre, en todo momento, aun en esos y otros duros trances por los que atravesó en su vida; como en las vidas de todos. "¿Los ves? Están llegando. Son los que amanecen antes que tu cielo. Los que pueden recomenzar mil veces, alzar lo roto, pararse frente al viento y aceptar el granizo. Los que amasan y ven crecer las vides, construyen y cosechan, remiendan y madrugan sin esperar milagros", escribió para la Vendimia 2015 en un texto que dejó para hacer historia en nuestra fiesta mayor.
Había nacido en Santa Fe el 21 de julio de 1958 bajo el nombre de Liliana Chiavetta y se radicó en Mendoza. Se consagró como escritora y poeta argentina especializada en literatura juvenil.
Su trilogía "La saga de los confines" se mostró como la revelación argentina en el género de la épica y la literatura fantástica; y sus libros fueron publicados en varios idiomas.
Liliana fue para nosotros "la escritora que llevó el nombre de nuestra provincia al terreno internacional".