Actitud, solidaridad, carácter, personalidad, entereza, inteligencia, oportunismo... La enumeración podría seguir, porque sobran los atributos en este equipo de Beltrán que no deja de sorprender a propios y extraños.
Ayer, para adueñarse del clásico del Este de Maipú, nuevamente sacó a relucir esos rasgos que ya son una marca registrada de un proceso que, en poco más de un año, está marcado por el éxito.
Porque si algo le faltaba a este grupo de jugadores -que hacen del sentido de pertenencia un estandarte infranqueable-, era derrotar a Rodeo del Medio, ni más ni menos que el rival de toda la vida.
El duelo en Montecaseros arrancó como todo clásico: mucho estudio, bastante fricción y pocas situaciones frente a los arcos. Sin embargo, para alegría de esos tres mil espectadores que no quisieron perderse la fiesta y abonaron 100 pesos, el encuentro se fue armando con el correr de los minutos.
Entonces, a pesar de no tener un exclusivo dominador del trámite, las acciones fueron llegando. El juego se hizo de ida y vuelta, con ocasiones para ambos bandos, aunque las más claras en ese primer tiempo fueron del Toponero. Primero, con una mediavuelta de Molli que devolvió el travesaño. Y después, Altamirano cabeceó mal cuando estaba de frente al arco.
Beltrán ajustó tuercas en el entretiempo y salió con todo al complemento. De hecho, a los 3’ ‘Facha’ Ramos le puso el moño a un contragolpe perfecto. Después el Tricolor aguantó y hasta lo pudo liquidar, pero dejó con vida a Rodeo y tuvo que sufrir hasta el pitazo final de Benítez. Beltrán lo ganó a pura garra, con las bolas de Fraile.