Está a la vista que la sociedad de hoy es violenta y se manifiesta claramente en los eventos deportivos. Tan continua es esta realidad, que nuestros niños están creciendo en esta atmósfera interpretando que es parte de la vida cotidiana; y se acostumbran.
Pero los padres no quieren eso.
Un deporte es recreativo y educativo de alguna manera. Que ayude a nuestros niños a disfrutar a la vez que aprenden a crecer y adquirir disciplina, sobre todo respeto al prójimo, como lo es el compañero de equipo e incluso, el rival.
Pero la violencia siempre acecha. Y cómo aislarlos si incluso en las competencias infantiles surge siempre algún mayor con gritos y críticas dirigidas al árbitro, jugador rival (no importa la edad que tenga) o a su propio hijo. Tremendo, pero es real.
Hay que haber pasado por una cancha de fútbol infantil para comprender lo que sucede en un torneo y no hace falta ver con ojos de padres. La violencia es obvia.
Como consecuencia y cansado de ser testigo de esto, el técnico de la Escuela Futbolera, Nicolás Martín pensó en revertir esta tendencia negativa y la creó en agosto del 2009 en La Casa del Maestro de Chacras de Coria, con la idea de alejar a los niños del exitismo, las presiones de los padres u hostigar a rivales, además de otras acciones negativas muy comunes en el deporte de nuestra sociedad actual. Y no obstante eso, quiso extender su intención contagiando e invitando a otros profesores y entrenadores, quienes padecieran la misma problemática y compartieran su filosofía, es así que creó una estructura organizadora de campeonatos de fútbol infantil “Liga Crack” y realizó el primer torneo el 1 de noviembre del 2011, llamado “Amistad”, el cual permanece vigente y el sábado 17 de octubre inicia su octava edición en El Templo (calle Almirante Brown 4394 de Vistalba).
El creador del Torneo que se realiza anualmente intenta limitarlo, pero no con el concepto de discriminación de capacidades deportivas, sino de regulación, en tanto se respeten y se adapten al espíritu de juego sano, compañerismo y trabajo en equipo. Por eso, Nicolás Martín dialogó con Más Deportes sobre esta iniciativa que comenzó con la Escuelita que cumple 6 años y sobre la Liga Crack, formada con las instituciones que participan de cada campeonato.
“La escuela se creó tras ver que era una demanda insatisfecha en la zona, dirigida a cierto tipo de pibes con una mentalidad hacia el deporte, los buenos hábitos, la disciplina y el respeto”, confió el técnico.
La Escuela Futbolera, que se ubica en la calle Pueyrredón, en la Casa del Maestro de Chacras de Coria (Pueyrredón Indoors), fue sumando jugadores y después de realizarse torneos internos, se animó a abrir las puertas a otras instituciones.
-¿Cuál es el perfil de este particular torneo?
-Después de algunas experiencias buenas y malas le fuimos dando un perfil donde los padres podían venir con el mate, disfrutar a los hijos, sacarse una fotito y distanciarnos de esa efervescencia que hoy irradia el fútbol de infantil.
-¿Qué es lo esencial de cada torneo?
-Los valores y no solo ganar. Los valores transmitidos parten desde el primer torneo que se llamó "Amistad" para difundir el valor de la misma, basado en el trabajo de equipo y solidaridad. Siempre fue visto de esa manera. El respeto y disciplina como bandera. Y luego se sumaron las escuelas de fútbol: Vistalba, el Club de Chacras, La Vacherie, Reyes Católicos, María Auxiliadora, los Tilos, fueron siendo parte del torneo, más algunos chicos que armaron su equipo con amigos de escuela, barrio u otra entidad. Así se nutrió el certamen que aún está vigente. También, se ejerce a través de los árbitros, la no discriminación a jugadores por habilidades o capacidades técnicas que se destacan por atributos nobles. Al finalizar cada partido, tomamos un fragmento del rugby del tercer tiempo para merendar y compartir, siguiendo el lema de la no rivalidad y si el compañerismo.
El torneo incluye categorías desde pre-infantiles (5-6-7), infantiles (8 a 11) e intermedia de 11 a 13. Y finalmente una sub 15. Se juega los sábados por la mañana, desde las 9.30, en el predio ubicado en Vistalba donde trabaja la Liga Crack.
-¿Cuáles han sido los cambios que has visto en niños y adultos?
-De actitud, pero lo hacen ellos mismos. La gente que viene con la expectativa de volar alto, se da cuenta que no es el lugar. Es un torneo en la que el niño vive muchas de sus etapas junto a sus compañeritos, salen a cumpleaños, se juntan a comer, etc. Predicamos esa unión. Cada un mes les hacemos un asado, también para el día del niño y organizamos eventos. Siempre premiamos la puntualidad, el esfuerzo y el compañerismo. Por eso, la gente que no comparte estos valores, deja de venir. Hay casos que los padres se quedan encantados y hacen el esfuerzo de viajar la distancia que sea hasta el lugar y ser parte de esto. Incluso los cambios se producen en los adultos también. El hecho de no gritar, de no dar indicaciones y solo disfrutar y alentarlos, es cederles el disfrute y la exhibición de fútbol a sus hijos. El ambiente termina siendo distinto al de otras competencias.
-¿Cómo funciona el árbitro en estos juegos?
-Con los árbitros, antes de cada partido, planteamos los objetivos. Los básicos son: el no insulto entre los jugadores, no a la mala intensión, los saludos antes y después del partido. Eso nos parece más importante que equivocarse o no en un full. Si hay entrenadores que están muy alterados o ingresan a la cancha o hacen algún desmán, el árbitro debe calmarlos.
-¿Cómo es el reglamento?
-Similar al de fútbol de salón (el nuestro es fútbol 6). Sabemos todos que el fútbol es un deporte de contacto, entonces nuestra intención es mediante algunas modificaciones en el reglamento minimizar ese contacto físico entre jugadores. Sin tantos pelotazos, los laterales no pueden ir al área, no se puede cruzar la mitad de la cancha con un saque de arco o cuando el arquero toma la pelota con la mano, para que no se amontonen en el área, el lateral es con la mano. Tras un lateral mal sacado el árbitro debe marcar la falla, pero le enseña a sacar bien, salvo en la sub 15 que sí se realiza el cambio de saque. Existe la tarjeta azul y no la roja, que lo excluye por un par de minutos (según criterio del árbitro) y después de calmarse vuelve a entrar. Por suerte todavía no fue usada.
En el último torneo los campeones fueron Vistalba en sub 15 e intermedia y Escuela Futbolera en infantiles. En pre-infantil no se hace hincapié en los resultados sino que se los premia con distinciones de participación, ya que a esa edad puede ser muy frustrante la derrota para los niños.
Los premios que se otorgan son camisetas, pantalones, medias, pelotas, trofeos por equipo y también individuales a cada chico, al mejor: defensor, mediocampista, al mejor compañero y al fair play.
“Lo único que no se premia es al goleador porque creemos que es premiar al individualismo y a que no se pasen la pelota dentro de la cancha”, aclaró el entrenador.